ENERO 2014. INICIO. 23 AÑOS ATRAS:
Aunque muy cercanas, las hermanas Rosaura y Virginia Del Moral son
completamente diferentes. Virginia, la menor, es noble, inocente y
leal a su padre, don Prisciliano, mientras que Rosaura es vanidosa,
caprichosa y astuta, consentida por su ferviente y católica madre,
doña Evangelina. Las dos hermanas están perdidamente enamoradas de
Danilo Preciado, un apuesto muchacho que mantiene una relación con
las dos aunque de ésto solo sabe Rosaura, quien se empeñó en ser
suya y representa el amor pasional a diferencia de Virginia, quien
ignora esa relación y tiene planes de casarse con Danilo pues ambos
se aman perdidamente y por ello decide entregarse a él. De este
enredo se da cuenta el joven Leandro, un adolescente que trabaja en
la hacienda El Faisán, propiedad de los Del Moral y que desea decir
lo que sabe a Candelaria y Gaudencio, los viejos trabajadores del
lugar. No lo hace, permitiendo que las relaciones avancen hasta que
Prisciliano anuncia a Rosaura que se casará con Dimitrio Serrano, el
hijo de un amigo cercano y quien ha sido su novio durante los últimos
años. La muchacha se niega rotundamente y pide a Danilo que impida
ese matrimonio pero él decide renunciar a ella, convencido de que
ama a Virginia por lo que, en venganza, Rosaura no hace más que
intrigar contra su hermana ante Amelia e Isidro, padres de Danilo,
quienes cominzan a sentir rechazo hacia Virginia pues Rosaura los
convence de que se ha entregado a Danilo y Dimitrio, con quien está
comprometida. Esto no lo cree Lucila, la sobrina recogida del
matrimonio, quien advierte a su primo que si no dice la verdad a
Virginia se desatará una tragedia, mientras que al mismo tiempo se
entera que la que está comprometida con Dimitrio es Rosaura, por lo
que le reclama al hombre que se haya comprometido con otra cuando
ellos dos han sido amantes. El violento Dimitrio asegura a Lucila que
ellos siempre serán amantes pues nadie en la cama lo satisface como
ella pero eso no implica que tenga que hacer de lado sus planes pues
siempre ha estado enamorado de Rosaura y, al casarse con ella,
contibuirá a hacer crecer la fortuna de su padre, el cuál ha hecho
tratos con Priciliano, al que Virginia pide que la deje tener novio y
enfurce cuando ésta le confiesa que ama a Danilo. El hombre se opone
y Evangelina asegura a su hija que, como la menor, jamás se casará,
si no que se quedará al cuidado de sus padres hasta que éstos
mueran. Virginia sufre y se consuela con su tío, el padre Trinidad,
quien a su vez reprende a Amelia pues ésta desprecia a Leandro ya
que lo cree el hijo bastardo de Isidro, por lo que constantemente lo
maltrata y tiene enfrentamientos con Rosario, la madre, y el cura,
quien la protege así como a Leandro y por lo que se ha prestado a
habladurías ya que la misma Amelia ha esparcido por el pueblo el
rumor de que Rosario es la amante del cura y Leandro el hijo de éste,
metiéndose en muchos problemas incluso con Isidro, al que también
acusa de ser el posible padre del muchacho por la relación que hace
años tuvo con Rosario.
Lucila
descubre estar embarazada de Dimitrio y se lo dice. Él la abofetea y
le exige que pierda a la criatura y se olvide de él pero Lucila se
niega y le jura que si no le corresponde le frustrará la boda con
Rosaura Del Moral. El hombre se lo cuenta a su padre, Emigdio, quien
a la par que Prisciliano, acude a los Preciado y mientras uno exige
que Danilo se olvide de Virginia, el otro amenaza con tomar
represalias si Lucila no deja en paz a Dimitrio. Los preciado
enfrentan a sus adversarios y aunque demuestran no temerles hablan
con Lucila y Danilo y les piden que se olviden del amor que sienten.
Ambos se niegan y Lucila confiesa estar embarazada de Dimitrio. Esto
hace que Amelia la eche de su casa y la acuse de ser una mujerzuela,
así como le grita cuanto se arrepiente de haberla recogido cuando
quedó huérfana. Sin embargo Danilo reacciona y decide ayudar a su
prima y a la misma Rosaura, por lo que tiene un enfrentamiento con
Dimitrio. Ambos se golpean vilmente y juran matarse.
Para
convencerlo de que no termine con ella, Rosaura se entrega a Danilo
como nunca y tiende una trampa para que Virginia los descubra pero
Leandro lo impide. Sin embargo son descubiertos por Dimitrio, quien
tiene un enfrentamiento con Danilo y tras golpearlo abusa
violentamente de Rosaura, a la que jura que si no se casa con él le
dirá a todo el pueblo que ha sido de los dos y nadie nunca querrá
casarse con ella. Por lo tanto, deciden poner fecha a la fiesta de
compromiso y Rosaura sufre y jura que si Danilo no es para ella, no
será para nadie. Alienta a Virginia para que rompa con él,
calumniándolo e intrigando pero Virginia se niega a creeer todo lo
que su hermana le dice. Las descubre Evangelina, a quien Rosaura,
mentirosa, le dice que su hermana se ha entregado a un hombre.
Evangelina, furiosa, exige a Virginia que le diga si es verdad. La
muchacha, con tal de demostrar fuerza a su hermana, asegura que sí y
que ese hombre es Danilo. Evangelina golpea vilmente a su hija y la
encierra bajo llave, jurándole que jamás permitirá que se vuelva a
encontrar con ese canalla, mientras que Rosaura es amenazada por
Candelaria, quien le jura que si no dice la verdad, ella se la dirá
a Prisciliano, el cuál es capaz de encerrarla en un convento por el
resto de su vida pero Rosaura llora ante su madre y le suplica que la
ayude pues no desea casarse con alguien a quien no ama. Piedad se
niega, recordándole que los debe complacer a ella y su padre, por lo
que al caer la noche los Serrano se presentan en El Faisán para
hacer un brindis y pedir la mano de la muchacha. Danilo se presenta
en la hacienda para decir la verdad sobre Dimitrio y Lucila pero
Candelaria y Gaudencio se lo impiden. El muchacho acude a Leandro, a
quien le pide que le entregue una nota a Rosaura, a quien cita en un
lugar pues tiene algo que decirle. Rosaura lee la nota y, creyendo
que Danilo le pedirá que escapen juntos, delante de todos grita que
no se casará con Santiago porque está perdidamente enamorada de
otro hombre. Prisciliano le exige que calle pero ella, alentada por
la pasión, confiesa amar a Danilo Preciado. Al irse los Serrano,
Evangelina abofetea a su hija por haberse enamorado de un pela gatos
al igual que su hermana, la cuál no puede creer lo que ha escuchado
y se aterra cuando a solas Rosaura le dice que Danilo la envolvió
con el afán de hacerla suya. Virginia busca al muchacho y le exige
que le diga si es verdad que se acostó con su hermana. Él trata de
explicarle pero ella no quiere saber nada más que lo que ha
preguntado. Él le dice que sí y entonces ella lo abofetea y llora
amargamente asegurando a Candelaria que si debe olvidarse de Danilo
para defender el honor de su hermana, lo hará. Candlaria se niega y
al ver a Virginia tan decidida le dice que Rosaura siempre le ha
mentido pues ha seducido a Danilo solo por hacerle daño a ella, pues
la envidia, mientras que Trinidad habla con Prisciliano y Evangelina
y les hace ver que están equivocados al creer que pueden obligar a
sus hijas a casarse contra su voluntad o permanecer solteras.
Evangelina pide a su hermano que no interfiera en los asuntos de su
familia y éste le recuerda todo lo que sufrió al tener que hacerse
cargo de sus padres obligada por ellos. Pide que no cometa el mismo
error con Virginia y Prisciliano asegura que no será así pero
tampoco permitirá que se case con alguien como Danilo, el cuál se
escabulle a la habitación de Virginia e intenta convencerla de que
la ama y deben escapar juntos. Ella lo rechaza y le exige que se case
con Rosaura y así impida que ésta se case con Dimitrio. Danilo se
niega. Aparece Rosaura y con llanto le cuenta a su hermana que se
entregó a Danilo desde hace mucho tiempo y que repetidas veces ha
sido su mujer. Virginia sufre y rechaza al muchacho, quien también
desprecia a Rosaura, la cuál, llena de rabia, jura que lo matará.
Danilo se emborracha en una cantina y perdido en alcohol, al caminar
por el pueblo, es acechado por alguien que lo aborda y con una piedra
le da un fuerte golpe en la cabeza. Danilo cae al suelo y es golpeado
vilmente hasta que pierde la vida. Al escuchar que alguien se acerca,
el asesino huye. El cuerpo de Danilo es sorprendido por el joven
Leandro, quien toma la piedra llena de sangre e intenta revivirlo. Es
descubierto por Amelia, quien lo acusa de ser un asesino de su hijo.
Asustado, el muchacho intenta huir pero la mujer arma un escándalo y
la gente lo detiene mientras ella llama a la policía, la cuál se lo
lleva, acusado de haber cometido el crimen. Cuando Rosario y Trinidad
se enteran de lo sucedido, llenos de pánico, acuden a la cárcel,
donde con llanto Leandro les jura que él no mató a Danilo y declara
que simplemente encontró el cuerpo sin vida. Nadie le cree y gracias
a Amelia y la ayuda de Emigdio Serrano para hundir al muchacho, al
encontrarse todas las pruebas en su contra es sentenciado a treinta y
cinco años en prisión a pesar de ser inocente. Rosario suplica a
Emigdio que no mienta y le asegura que dirá lo que sabe de él desde
hace tantos años. Él la amenaza con ordenar que maten a su hijo
dentro de la cárcel. La mujer decide callar pero le escupe a la cara
y lo maldice.
Virginia
y Rosaura sufren por la muerte de Danilo y se
preparan para acudir a su sepelio pero Evangelina lo evita
encerrándolas con
llave y alegrándose de la muerte del
muchacho. Se encuentra en la iglesia cara a cara con Amelia, quien
delante de todo el
pueblo le dice que su hija Virginia, la cual
es una casquivana, es la culpable de todo pues seguramente sedujo a
Leandro al
igual que su hijo y por celos éste lo mató.
Evangelina, dura, le asegura a la sufrida madre que lo que dice es una
calumnia
pero que después de todo, muerto el perro se
acaba la rabia. Amelia intenta abofetearla pero Evangelina la detiene y
le jura
que si intenta ponerle la mano encima
nuevamente se encargará de que sea echada de La Providencia, pues los
Del Moral son
gente importante y con influencias mientras
que los Preciado son solo unos simples panaderos que merecen morir como
perros,
tal como murió Danilo. Amelia sufre por las
palabras de la mujer, confesando odiarla a ella y a su familia,
desahogándose
con Isidro.
Leandro asegura a Rosario
saber que Danilo mantenía una relación con Virginia, a la que engañó
con Rosaura,
quien le entregó una nota para que se vieran
la noche en que éste murió, por lo que la mujer acude a al Faisán y
suplica a
Evangelina y Prisciliano que la dejen hablar
con su hija. Estos se niegan e interviene Trinidad, quien asegura que
Leandro
es inocente de la muerte de Danilo y quizás
el asesino pueda andar suelto. Evangelina reclama a su hermano el
proteger a un
bastardo que no vale nada y se aterra cuando,
furioso, el sacerdote le dice que ese bastardo tiene mucho más valor
cristiano
que ella, que se la vive santiguándose pero
está más lejos de Dios que ningun otro. Los escucha Rosaura, quien llora
amargamente
mas se siente satisfecha y asegura preferir a
Danilo muerto que al lado de Virginia, la cuál se encierra en su
habitación
y se niega a salir. Evangelina la obliga a
pesar de que Candelaria intercede por la muchacha.
Lucila
busca a Dimitrio y le exige que se case con ella, amenazándolo con
decirles a todos que la deshonró aún estando comprometido con
Rosaura. Dimitrio se niega y ante las amanazas de la muchacha intenta
ahogarla pero no lo logra y le advierte que si se mete con él se
arrepentirá. Ella llora amargamente en la iglesia y pide perdón a
Dios por todos sus pecados pues por la ardiente pasión que siente
hacia Dimitrio ha sido capaz de lo peor. Se confiesa con el padre
Trinidad, quien lamenta que se haya enamorado de un mal hombre.
Virginia
no deja de pensar un solo instante en Danilo y llora al recordar la
noche de pasión que vivió con él. Candelaria la consuela y le
suplica que olvide al muchacho e intente seguir adelante, ser feliz,
pero Virginia sabe que mientras viva bajo el yugo de sus padres jamás
tendrá una sola oportunidad de conocer la verdadera dicha, así como
Rosaura, a quien Prisciliano le dice que aunque no lo ame, se casará
con Dimitrio así tenga que arrastrarla de los cabellos hasta el
altar de la iglesia, donde al paso de unos días se celebra la boda
en la que, delante de todo el pueblo, ella confiesa cuanto desprecio
siente hacia Dimitrio, al que no ama, para entonces salir corriendo
ante las habladurías entre la gente, causando una gran vergüenza a
Prisciliano y Evangelina, quien en casa la abofetea y le jura que se
encargará de que muera seca y ella, en venganza, le confiesa que ya
se ha entregado a un hombre: Danilo. Prisciliano abofetea a su hija,
quien lo desafía y le asegura que preferirá morir sola que casarse
en contra de su voluntad. Esto causa al hombre un disgusto que lo
envía a la cama, terriblemente enfermo, negándose a ver a su hija a
pesar de las súplicas de Evangelina para que la perdone. El hombre
cree que su mujer lo sabía todo y también la rechaza. Exige que sea
Virginia la única persona que esté a su lado. Con ella se desahoga
asegurándole que es la luz de sus ojos pero a pesar de las suplicas y
llanto de la muchacha para que perdone a Rosaura, el hombre se niega
y asegura que esa ya no es su hija, si no una ramera.
Dimitrio
se emborracha debido a la vergüenza y es reprendido por Emigdio,
quien le dice que si no pudo con Rosaura entonces se encargue de
enamorar a Virginia, la cuál es ingenúa y creerá en sus palabras
de amor. Dimitrio asegura a su padre que si lo único que le importa
es apoderarse del Faisán, entonces sea él quien se haga cargo de
casarse con una de las hermanas, pues después de todo es viudo.
Emigdio confiesa a su hijo que, en la capital, tiene otra familai
desde hace muchos años y la llevará a vivir con ellos. A Dimitrio
ya nada le importa y se hunde en el alcohol, obsesionado con el amor
de Rosaura, a la que maldice.
Evangelina
discute con Rosaura y la acusa de ser una cualquiera igual que
Virginia. Rosaura asegura que ha mentido y no se ha entregado a
ningún hombre pero haber mentido para así no casarse con Dimitrio.
Evangelina felicita a su hija, a la que cree inteligente y capaz de
todo por salirse con la suya.
Virginia
acude a dar el pésame a Isidro y Amelia, quienes la desprecian y le
revelan estar seguros de que su padre envió a Leandro a matar a su
hijo, para así evitar que sus hijas, las cuales son unas
casquivanas, se siguieran enredando con él. Virginia lamenta que los
sentidos padres piensen así y asegura que ni ella ni nadie de su
familia tuvo que ver con ese crimen. Amelia la acusa de ser una
cualquiera y asesina y muchos del pueblo se unen a la infamia
mientras la muchacha escapa llena de dolor y se desahoga con
Trinidad, quien junto con Rosario le jura que Leandro es inocente.
Virginia, confundida, no sabe qué creer.
Ante
la grave enfermedad de Dimitrio, Emigdio lleva al Faisán a un
administrador con el que ha confabulado
un plan para robar a las herederas del
hombre. Ese administrador es Ramiro Altamirano, quien de inmediato es
tratado como
un miembro más de la familia y se gana la
desconfianza de Gaudencio, el capataz del Faisán, el cuál alerta a
Dimitrio de la
desmedida ambición de Emigdio pero
Evangelina, quien cree que con su marido enfermo hace falta un hombre
que lleve las riendas
del Faisán, insiste para que el administrador
sea empleado por lo que Federico comienza a trabajar, dandose cuenta de
la belleza
que poseen las hijas de sus patrones y
lamentando estar casado y tener familia.
Llena
de dolor por la condena de su hijo, Rosario muere causando
gran dolor a Trinidad, quien en su lecho de
muerte le promete que siempre velará por su hijo y tras enterrarla viaja
a la
cárcel del estado para darle la noticia a
Leandro, quien jura que un día será libre y buscará al asesino del
crimen por el
que lo culparon y así vengar la muerte de su
madre, de lo cuál se alegra Amelia, quien espera que el hijo bastardo de
su enemiga
sufra lo más posible en la cárcel. Isidro
asegura a su mujer que si se empeña en llenarse de odio y resentimiento
será ella
la que sufra hasta el último día de su vida,
pues aunque Rosario fue una gran amiga de Isidro, jamás se enamoraron ni
hicieron
nada de lo que se pudieran haber arrepentido,
además que, de ser padre de una criatura, él jamás la hubiera
abandonado.
Rosaura
desprecia a Virginia
y aunque ésta intenta que se reconcilien, se
niega a olvidar el pasado y le jura que nunca le perdonará el haberle
robado
el amor de Danilo. Ambas son tratadas con
severidad por Evangelina, quien las obliga a ayudar a Candelaria con las
labores
de la casa, sobre todo a Virginia, a la que
desprecia por haber amado a un miserable. Las visita la e cuñada de
Prisciliano,
la tía Margarita, a quien Evangelina confiesa
sentir desprecio hacia Virginia por ser la única cercana a Prisciliano,
el cuál
siempre la ha protegido a pesar de toda la
vergüenza que les ha causado. Margarita defiende a su sobrina, segura de
que Evangelina
la desprecia por razones mucho más poderosas y
quizás eso sea que nunca logró que Rosaura tuviera el mismo amor de su
padre,
mientras que Candelaria descubre pruebas de
embarazo en la basura y, asustada, se lo dice a Margarita, quien revela a
los
padres que una de sus hijas está esperando un
hijo bastardo. Prisciliano enfurece y maltrata a Rosaura, acusándola de
ser
una mujerzuela que se negó a casarse pues se
entregaba a otro hombre. Ella niega que sea ella la embarazada pero el
hombre
no le cree. Al darse cuenta de lo que sucede,
Virginia se presenta ante todos y confiesa ser ella la que está
esperando un
hijo ilegítimo y no revela el nombre del
padre. Lleno de vergüenza, Prisciliano sufre un infarto y pierde la vida
por lo que,
llena de rencor, Evangelina acusa a Virginia
de ser la culpable de muerte de su padre, llenándola de dolor, siendo
consolada
por Candelaria y Margarita, quienes le
aseguran que nada tuvo que ver ella con el deceso. Sin embargo
Evangelina y Rosaura
se encargan de atormentarla y culparla,
negándole el derecho a presentarse en el velorio y entierro de su padre.
Lucila
da a luz y decide marcharse de La Providencia dejando a su recién
nacido bajo el cuidado de Amelia e Isidro, quienes de inmediato se
encariñan con la criatura, a la que registran como hijo del difunto
Danilo, seguros de que jamás volverán a ver su sobrina.
Leandro
decide estudiar en la cárcel y así prepararse para que llegado el
día en que salga libre tenga armas suficientes para encontrar al
asesino de Danilo y vengar la muerte de su madre, seguro de que las
hermanas Del Moral tuvieron que ver en todo.
Dimitrio
busca a Rosaura y le ruega que lo acepte pues él la ama en realidad.
Ella solo le recuerda el desprecio que siente hacia él por el mal que
le hizo, rebajándolo a nada al compararlo con Danilo, por lo que
Dimitrio se siente feliz de que su rival haya muerto pero ante el
desamor comienza a beber hasta convertirse en un vulgar borracho al
que su padre desprecia y trata con humillación.
Tras
el entierro de Prisciliano, y ante el rechazo de Evangelina hacia
Virginia, Margarita propone a la mujer que deje que su hija la
acompañe un timepo a la capital pues allí puede tener a su hijo sin
que nadie se entere. Evangelina acepta y Rosaura se empeña en
acompañarlas hasta que ante los consejos y advertencias de Margarita
y Candelaria, Evangelina cede y entrega a su cuñada una fuerte suma
de dinero para que llegado el momento se encargue de desaparecer a la
criatura que Virginia espera. Margarita y sus sobrinas se marchan,
llenando de nostalgia a Candelaria, mientras que en casa Evangelina
reza fervientemente para que Dios perdone el pecado concebido por la
pasión de su hija, a la que maldice por llenarla de vergüenza,
mientras que rumbo a la capital tanto Virginia como Rosaura lloran en
silencio con el recuerdo de Danilo prendido al corazón.
EPOCA
ACTUAL: Llenas de amargura y soledad, las hermanas Del Moral llevan
una vida sombría dedicada a los quehaceres de la hacienda El Faisán,
sometidas bajo el dominio de Evangelina, quien las ha sometido a los
rezos diarios, asistir a la iglesia y recordar el oscuro pasado que
no pueden olvidar debido a los constantes reclamos de la severa
madre, quien les asegura que jamás les perdonará la vergüenza con
la que mancharon el honor de su familia hace muchos años; vergüenza
por la que las dos son tan cercanas y a la vez tan distantes, siendo
Virginia la más humillada por su madre, quien la acusa de ser una
pecadora condenada a las llamas del infierno por su terrible pecado y
la muerte de su padre.
La
viuda Del Moral
y sus dos hijas solteronas son presas de las
habladurías de la gente del pueblo, donde se dice que, a pesar de ser
una ferviente
religiosa, Evangelina en realidad es una
bruja y las tres son adoradoras del diablo. Sin que a la matriarca le
importen las
habladurías, cada domingo por la mañana,
cuando las tres se presentan a escuchar misa y comulgar en la iglesia
del pueblo,
las mujeres levantan murmullos entre la gente
pero las tres, serias y frías, entran y de rodillas rezan para después,
tras
terminar la misa dominical, retirarse con la
frente en alto sin dirigir la palabra a nadie, despertando siempre
habladurías,
principalmente por parte de Amelia, quien
amargada ha sembrado ponzoña en contra de las mujeres, a las que odia
por sobre
todas las cosas, sin poder olvidar lo
acontecido en el pasado. De ello Evangelina acusa a Virginia, a quien ha
castigado siempre
poniéndola al servicio de las labores
domésticas, mientras que a Rosaura la ha obligado a permanecer a su lado
haciéndole
compañía, rezando y amargándose con sus
reclamos y reproches, sin permitirle haber conocido a ningún otro hombre
durante tantos
largos años.
En
la cárcel del estado, debido a su buen
comportamiento, Leandro quedará muy pronto en libertad gracias a la
ayuda de su abogado,
el licenciado Germán Rosales. Leandro decide
que al salir de prisión necesitará de una nueva identidad para lograr su
cometido.
Germán le promete que lo ayudará.
Virginia
contempla una fotografía de Danilo mientras que, en silencio, Rosaura
se aferra a una medalla
y un pañuelo que pertenecieron al hombre.
Virginia es sorprendida por Candelaria, quien le aconseja que se deshaga
de los
recuerdos y olvide lo que sucedió. Virginia
llora y confiesa ser débil y no poder superar lo que pasó hace tantos
años; lo
mismo que Rosaura, quien se mira al espejo y
se maquilla para después llorar y culpar a su hermana por todo su
sufrimiento,
alegrándose por haberla arrastrado a una vida
peor que la de ella y saber a Danilo muerto antes que casado con
Virginia.
Evangelina
discute con Trinidad,
quien le reprocha el ser severa con sus
hijas, a las que jamás permitió hacer vida social y casarse. La mujer
asegura que
esa es la penitencia que deben pagar por sus
pecados, sobre todo Virginia, a la que desprecia tanto. Los hermanos
discuten
y Trinidad aconseja a su hermana que abra los
ojos antes de que sea demasiado tarde.
Ramiro
y Jacinto, su hombre de confianza, molestan a Gaudencio,
quien está seguro de que el administrador
solo se ha beneficiado del Faisán engañando a las Del Moral y de ello
habla con
Candelaria, quien le asegura que nunca le
creerán pues Ramiro tiene una gran amistad con Evangelina, quien lo cree
su perro
fiel, sin sospechar que el hombre tiene
amoríos secretos con Rosaura, a la que ha enredado para arrebatarle la
herencia que
reciba de Evangelina cuando ésta muera, no
conforme con haberle robado en la hacienda durante años, mientras que,
por su parte,
Rosaura cree que durante veinte años ha sido
mujer de un hombre al que no ama pero esto le alegra pues cree que ha
triunfado
sobre su hermana, a la que cree una amargada
seca y sombría a la que odia por robarle a Danilo en el pasado.
Margarita
visita el Faisán acompañada por su bella y
dulce ahijada Maricarmen, quien aguarda por ella en la cocina debido a
que Evangelina
detesta su presencia. Sin embargo ella y
Virginia se tienen un enorme aprecio y son grandes amigas pues la
muchacha ve en
la mujer a la madre que nunca tuvo. Sin
embargo Evangelina no pierde oportunidad de menospreciar a Maricarmen y
reírse de
ella, ocasionando siempre enojo tanto a
Virginia como a Candelaria, quien también quiere a la muchacha. Ante los
insultos,
Maricarmen se desahoga con Virginia, a la que
revela estar perdidamente enamorada de Humberto, el hijastro de Emigdio
Serrano,
al cuál ella ve como al gran amor de su vida y
desea casarse con él. Aparece Rosaura, quien se ríe de la inocente
chica, afirmando
que ni Emigdio ni su esposa, Casandra,
querrán a una recogida como ella. Virginia pide a su hermana que calle
pero Rosaura
insiste en molestar a Maricarmen por lo que
ambas hermanas se enfrentan y Rosaura lastima a Virginia cuando tras
abofetearla
le recuerda que ella fue la manzana de la
discordia que la separó del único hombre al que amó, mientras que
Candelaria consuela
a la dulce Maricarmen, quien no entiende
porqué Rosaura y Evangelina la odian tanto.
A
pesar sufrir por el desprecio de Rosaura y Evangelina,
Maricarmen vive un tórrido romance con Humberto, quien desea hacerla
suya sin conseguir absolutamente nada debido a los principios de la
muchacha. El hombre se desahoga en un bar con Dimitrio, quien le
aconseja que la tome por la fuerza y la amenace pues solo así
logrará conseguir de ella lo que quiere. Humberto lo intenta y solo
consigue asustar a la muchacha, quien llora y no revela a Margarita
lo que ha sucedido pues sabe que la mujer no está de acuerdo en que
tenga un romance con el muchacho.
Evangelina
reprime a Virginia por defender a Maricarmen, a la cuál siempre le
ha prohibido acercarse. Virginia afirma que hay fuertes lazos que la
unen a la muchacha. Evangelina la abofetea y le recuerda que
Maricarmen es el fruto de su pecado y la vergüenza de su familia.
Virginia sale de casa y encuentra consuelo en Margarita, quien le
asegura que Evangelina se llevará una terrible sorpresa el día en
que se de cuenta que siempre ha estado equivocada.
En
la panadería del pueblo las mujeres chismorrean sobre Maricarmen y
Margarita pues la calumniadora
e intrigosa Amelia asegura que son madre e
hija pero que la mujer la ha hecho pasar como su ahijada para cubrir las
apariencias
pues en realidad la muchacha fue producto de
un desliz. Son escuchadas por Candelaria, quien acusa a Amelia de ser
una calumniadora
que escupe veneno contra los demás para
calmar la rabia que aún tiene por la muerte de su hijo. Amelia le dice
que su hijo
murió gracias a las Del Moral, las cuales son
unas brujas y que Maricarmen es una bastarda producto de las bajas
pasiones
de Margarita. Candelaria aconseja a la mujer
que calle y deje de calumniar a los demás pues un día podría tener que
tragarse
sus palabras y el sabor será demasiado
amargo, sobre todo porque la mujer protege a dos adolescentes: Sebastián
y Ángela,
sus nietos, y la gente también rumora que son
los hijos ilegítimos de Isidro, su marido. Amelia se ofende y corre a
la mujer.
Llena de ideas a Ángela, quien desde niña ha
despreciado a Maricarmen y aprovecha toda oportunidad para hacerla
sentir mal
a pesar de Sebastián, quien está enamorado de
la muchacha.
La
familia Altamirano prepara una fiesta para dar la bienvenida al hijo
primogénito,
Luis Felipe, quien vuelve después de muchos
años. Tanto Ramiro como Noelia, su esposa, esperan que su hijo pueda
enamorarse
de Yamila Serrano, la hija de Emigdio y su
nueva esposa, Casandra, una mujer vanidosa y frívola que, a espaldas de
su marido,
le pone el cuerno con su propio hijo,
Dimitrio, del cuál es amante y con quien tiene apasionados encuentros.
Margarita
aclara dudas a
Maricarmen, a quien asegura que de ser su
verdadera hija jamás la hubiera hecho pasar como una ahijada. Maricarmen
ruega a
la mujer que le diga quienes fueron sus
padres pero la madrina revela saber solo que a la muchacha la
abandonaron a la puerta
de su casa. La muchacha habla con Sebastián
de ésto y el muchacho le hace saber que ambos tienen en común el haber
crecido
sin sus padres pero llenos de amor. Ángela
los molesta y se enfrenta a su hermano, amenazándolo con decir a Amelia
que él
está enamorado de la recogida. Sebastián no
teme a las amenazas de su hermana, quien tiene una aventura secreta con
Jacinto,
el empleado de El Faisán, quien es mucho
mayor que ella.
Yamila
se encuentra con Luis Felipe y queda prendida a él por lo que Emigdio
ordena a Federico que sus hijos se casen pues
el hombre siempre ha comprado todos los caprichos de su hija. Tal
noticia pone
feliz a Noelia, quien siempre ha deseado
emparentar con los Serrano pero no a Casandra, quien considera que los
Altamirano
son solo empleados de su marido y unos
trepadores. El enojo de la mujer lo calma Dimitrio, el cuál le aconseja
que deje que
Emigdio se encargue de la vida de sus hijos y
ellos dos se abandonen a sus pasiones.
Isidro
habla con Trinidad y se preguntan por Leandro, al cual Isidro
siempre creyó inocente de la muerte de su
hijo, revelando que a veces ha llegado a sospechar que Simitrio o
Emigdio tuvieron
que ver en ese asesinato pues ambos
amenazaron a su familia. Trinidad asegura que quizás eso pueda ser y
lamenta que Amelia
haya llenado su corazón de odio hacia ese
muchacho y las hermanas Del Moral, a quienes Danilo engañó.
Sebastián
sufre por el amor
de Maricarmen, quien lo rechaza y se enoja
con él cuando le dice que Humberto solo se burlará de ella. Son
descubiertos por
Amelia, quien arma un escándalo y prohíbe a
su nieto que se acerque a la muchacha a la que acusa de ser una zorra
igual que
su madre. Sebastián defiende a Maricarmen y
deja claro a su abuela que un día él se casará con ella, mientras que
Maricarmen
se desahoga con Antonio, el inválido hijo del
doctor Fausto Barrientos, para quien ella trabaja como secretaria.
Antonio,
amargado pero noble, la consuela y le hace
saber que quizás, aunque a ella le cueste creerlo, Sebastián tenga
razón.
Ángela
se mete a escondidas
al Faisán y tiene un ardiente encuentro con
Jacinto. Ninguno sospecha que, sigilosa, Rosaura los espía y se acaricia
mientras
los observa. Alcanza a la muchacha cuando se
marta y le pregunta qué dirían sus abuelos si supieran que tienen como
nieta
a una ramera. Ángela se marcha no sin antes
ofender a Rosaura, quien llora en silencio
Federico
discute con Evangelina, quien se
niega a despedir a Gaudencio pues es su
empleado de máxima confianza. Gaudencio por su parte la alerta de los
robos que Federico
le ha estado haciendo desde hace tiempo y
asegura que esa es la razón por la que el administrador desea deshacerse
de él.
Evangelina comienza a sospechar de Federico y
se lo dice a Rosaura, quien teme a que su amante sea despedido y escupe
ponzoña
contra Gaudencio. Candelaria intercede por el
hombre y solo recibe insultos por parte de la mujer a la que está a
punto de
desenmascarar ante su madre pero Virginia lo
impide.
Leandro
sale de prisión y comienza a vivir su vida ayudado por Germán, quien
le entrega el dinero que logró hacer durante
los años que trabajó dentro del penal y le ofrece que sean amigos pues
desde
que terminó sus estudios el licenciado se
interesó en el caso de Leandro y por años le ha tomado aprecio. Le
propone que se
olvide de la venganza y comience una nueva
vida pero Leandro desea demostrar su inocencia a los Preciado y toda La
Providencia.
FEBRERO 2014. Jacinto
y Gaudencio discuten pues el viejo asegura sospechar que Federico
roba a sus patronas. Jacinto le asegura que Federico es un hombre de
pocos estribos por lo que si se empeña en difamarlo lo lamentará
mas Gaudencio no tiene miedo. Jacinto, por su parte, le cuenta a
Federico de las sospechas del viejo y deciden que lo mejor será
eliminarlo pero Evangelina se les adelanta y exige a su administrador
las cuentas de los últimos veinte años. El hombre pide un plazo y
enfurece cuando Jacinto le informa que Gaudencio puso en alerta a la
mujer por lo que el administrador ordena a su cómplice que se
encargue del capataz, al que Jacinto engaña con hacer una entrega en
un pueblo cercano. Gaudencio toma el auto que el mismo Jacinto le
entrega sin sospechar que le han cortado los frenos, por lo que en la
carretera tiene un accidente y pierde de inmediato la vida. El Faisán
se viste de luto por la pérdida de Gaudencio pero a pesar de ello
Evangelina exige cuentas a Federico, el cuál se encuentra en una
encrucijada y siente temor cuando Rosaura, en un encuentro
apasionado, le dice saber que él se encargó de desaparecer al
capataz por temor a ser descubierto por Evangelina, la cuál ha
comenzado a desconfiar de él. Ambos se revuelcan y Federico asegura
a Rosaura que lo único que él desea robarle a su patrona, es ella,
su hija mayor.
Leandro
toma un autobús que lo acerca a La Providencia, siguiendo su camino
a pie hasta llegar a su destino, presentándose en la iglesia, donde
llena de alegría al padre Trinidad, quien lo reconoce y lo abraza
lleno de dicha. El sacerdote se alarma cuando Leandro le dice que
ahora se llama Lisardo y que está dispuesto a recuperar su vida y
encontrar al verdadero asesino de Danilo. Trinidad le pide que olvide
el pasado y comience de nuevo y agradezca que le redujeron quince
años de condena. Leandro asegura que le fueron arrebatados veinte
años y al visitar la tumba de su madre llora lleno de rabia, jurando
que encontrará al responsable de todas sus desgracias.
Humberto
intenta propasarse con Maricarmen, cansado de que ésta se niegue a
entregarse a él. Forcejean y cuando está a punto de hacerla suya
aparece Luis Felipe y la defiende. Ambos hombres pelean a puño
cerrado, saliendo Luis Felipe vencedor. Maricarmen huye y acude a
Virginia, con quien se desahoga y confiesa sufrir porque todos en el
pueblo la desprecian. Ambas se dan un abrazo y aparece Rosaura, quien
ve en Maricarmen a Virginia. Se burla de ellas y corre a la muchacha,
quien se marcha llorando. Las hermanas discuten y Virginia asegura a
Rosaura que un día la vida le cobrará por todos sus errores y el
daño que ha hecho a tanta gente por consecuencia de estos. Rosaura
dice todo a Evangelina, quien odia a Maricarmen por simbolizar el
pecado en su familia pues es la hija bastarda de Virginia y Danilo y
reclama a su hija menor el acercarse a la muchacha, prohibiéndole
que haga amistad y se olvide que esa bastarda es el fruto de su
pecado. Candelaria asegura a Evangelina que un día se llevará una
terrible sorpresa que la hará arrepentirse de despreciar a su propia
sangre.
Acompañado
por Trinidad, Leandro se presenta ante Margarita, asustándola. Ambos
se dan un fuerte abrazo y la mujer se alegra de tenerlo en casa.
Revela querer encontrar al verdadero asesino de Danilo pero cree que
para descubrirlo debe trabajar en El Faisán. Margarita le promete
ayudarlo y lo presenta con Maricarmen, quien se intimida ante la
belleza y sensualidad del hombre.
Golpeado,
Humberto cuenta a Dimitrio y Casandra que fue Luis Felipe quien lo
golpeó por defender a Maricarmen. Dimitrio solo se burla del
hijastro de su padre, quien asegura que se desquitará aunque Luis
Felipe sea el hombre al que ama su hermana.Tras escuchar esto, llena
de celos, Yamila sale de casa y busca al muchacho, quien se encuentra
con Maricarmen y le aconseja que se aleje de hombres como Humberto,
el cuál puede hacerle daño. Ella llora y asegura amar a su novio
perdidamente. Se dan un abrazo y son descubiertos por Yamila, quien
se abalanza contra la muchacha y la abofetea en un arranque de celos.
Enfurecido, Luis Felipe le aclara que entre él y ella no existe nada
y que, por lo que ahora ha descubierto en ella, nunca lo serán.
Yamila jura a Maricarmen que se las pagará y le cuenta todo a
Emigdio, quien le promete a su hija que obligará a Santiago a
casarse con ella par aluego presentarse ante Margarita y exigirle que
aleje a su ahijada de Luis Felipe Altamirano. Margarita no teme a
Emigdio y lo enfrenta. Ante las amenazas de éste, ella le revela
saber muy bien que tanto él como su hijo han hecho porquerías que
muchos ignoran pero de las cuales ella se ha enterado con el paso del
tiempo y que está dispuesta a revelar. Emigdio se marcha y en el
camino se topa con Maricarmen, a la que promete que si hace sufrir a
su hija, interponiéndose entre ella y Luis Felipe, lo lamentará.
Federico
presenta cuentas falsas a Evangelina y le insiste para que Jacinto
sea el nuevo capataz del Faisán. Rosaura lo apoya pero la severa
mujer se niega rotundamente. Aparece Margarita, quien les dice a
todos que el hijo de una amiga ha llegado a La Providencia y busca
trabajo. Presenta a Leandro con el nombre de Lisardo. Al verlo,
Rosaura y Virginia se impresiona por la belleza del hombre, quien les
recuerda a Danilo, sintiendo Rosaura una fuerte pasión hacia él y
su ardiente sensualidad. Aconseja a Evangelina que lo emplee como
nuevo capataz pero la mujer se niega pero Margarita insiste tanto que
termina contratarlo, causando enojo en Federico y Jacinto cuando se
los presenta, no sin antes pedirle que vigile bien al administrador y
su empleado Jacinto, de los cuales desconfía.
Antonio,
ecudado en la pintura, termina un retrato de Maricarmen y sufre por no
poder confesar su
amor a la muchacha. Fausto lo alienta para
que lo haga pero el minusválido sabe que mientras siga postrado en una
silla de
ruedas no tiene esperanzas con nadie.
Ramiro y Jacinto se oponen a que Leandro trabaje en el Faisán. Evangelina deja claro al administrador
que, de descubrir que en verdad él le ha estado robando, el mismo Leandro será quien ocupe su lugar.
Al
encontrar cartas de
amor entre Federico y Rosaura, Candelaria
descubre que éstos han sido amantes durante muchos años. Investiga y se
sorprende
al encontrarlos haciendo el amor. Casi es
sorprendida por Virginia, ante la que actúa nerviosa y se niega a
revelar lo que
ha visto. Virginia visita el jardín y
recuerda el pasado. Llora amargamente y se topa con Leandro, quien al
verla siente compasión
y se ofrece a ayudarla en lo que necesita.
Ella, llena de miedo, lo rechaza. Se aleja y aparece Rosaura, quien no
deja de
mostrar interés en el nuevo capataz, al que,
seductora, confiesa sentirse demasiada atraída a él pues le recuerda a
alguien
del pasado.
Trinidad
dice a Margarita que nadie debe saber que
Leandro quedó en libertad muchos años antes de cumplir su condena, sobre
todo los
Preciado, pues querrán tomar represalias.
Emigdio
reprende a Ramiro cuando éste le confiesa que ha robado a las Del
Moral y Evangelina ha comenzado a sospechar pues lo cree un estúpido
qu eha robado sin sentido a sabiendas que el Faisán será suyo tarde
o temprano. Le exige que hable con su hijo y lo haga entender que
tendrá que casarse con Yamila le guste o no. Luis Felipe se niega
cuando su padre le dice que tendrá que hacerlo y le pregunta si está
en deuda con Emigdio como para sacrificar a su propio hijo. Ramiro
responde que sí y que si no se casa con Yamila él y toda su familia
morirán. Noelia llora y suplica a su hijo que obedezca a su padre.
Margarita
cuenta a Leandro lo triste que ha sido la vida de Maricarmen por
consecuencia de lo que sucedió hace más de veinte años. Cuando
Ángela ve al hombre, se deslumbra con su belleza y, provocativa, se
acerca a él. Tras tratarlo se dispone a conquistarlo y para ello se
acerca a Maricarmen, fingiendo querer ser su amiga, aunque Sebastián
le advierte a su amiga que su hermana no tiene buenas intenciones.
Casandra
discute con sus hijos pues no está de acuerdo en que se involucren
con personas que no son dignas de ellos, como Luis Felipe y
Maricarmen. Yamila afirma que sin importar las consecuencias o lo que
tenga que hacer, ella se casará con Luis Felipe, mientras que
Humberto asegura a su madre que Maricarmen solo es un pasatiempo,
aunque dentro de sí asegura estar obsesionado con la muchacha y no
descansará hasta hacerla suya.
Gracias
a Ángela, Leandro y Sebastián se conocen. Entre los dos nace una
amistad y ante la mala suerte del muchacho para encontrar un trabajo
Leandro lo lleva al Faisán y lo emplea como su hombre de confianza,
pasando la autoridad de Evangelina, a quien Jacinto le dice lo que
sucede. La mujer habla con Leandro y le hace saber que la madre de
Sebastián es conflictiva y no quiere tener nada que ver con los
Preciado pero el capataz la convence de que el muchacho necesita el
trabajo y él se hará responsable de lo que suceda, por lo que
acepta a pesar de las intrigas de Jacinto, de quien Rosaura se burla
haciéndole saber que al Faisán ha llegado la horma de su zapato.
Jacinto asegura que no será por mucho tiempo mientras que Sebastián
alarma a sus abuelos al decirles que trabaja en El Faisán. Amelia se
opone pero Isidro apoya la decisión de su nieto, obligando a su
mujer a hacerlo, ayudado por Ángela, quien ve en ello una
oportunidad para acercarse a Leandro.
Fausto
intenta convencer a Antonio para que encuentre una ilusión en la
vida y se olvide del encierro en el que vive, amargado, debido a su
parálisis, Antonio se niega y asegura que le es suficiente con amar
a Maricarmen en secreto y conformarse con las repentinas visitas que
ésta le hace, aunque sea para hablarle de cuánto ama a Humberto,
quien intenta reconquistarla pero ante las inseguridades de la
muchacha la maltrata. Son descubiertos por Leandro, quien la defiende
sin saber a quién se enfrenta. Maricarmen deja claro a Humberto que
ya no quiere tener que ver nada con él.
Luis
Felipe le hace saber a Yamila que no puede amarla y por lo tal no se
casarán. Ella le promete que lo hará feliz y le jura que si no se
casa con ella su padre tomará represalias pues siempre la ha
consentido dándole lo que quiere. Luis Felipe está dispusto a
correr el riesgo y jura que no se casará con la muchacha.
Con
el fin de dar un susto a las habitantes del Faisán y hacerse pasar
por héroe, Ramiro hace un siniestro plan y junto con Jacinto entran
a la hacienda fingiendo un robo. Aparece Leandro, quien los golpea y
los hace huir, defendiendo a las mujeres, convirtiéndose desde ese
momento en el empleado más cercano de las señoritas Del Moral,
despertando los celos en Jacinto, quien le tiende trampas para
asustarlo y hacer que se marche, sin lograr su cometido pues Leandro
lo descubre y le hace saber que si intenta fastidiarle la vida o
molestar a Sebastián, lo pasará muy mal.
El
vigoroso Leandro
se da un sensual baño en las caballerizas y
es descubierto por Rosaura, quien siente una fuerte atracción hacia él,
mientras
que Leandro acompaña a Virginia y Candelaria
al mercado y la iglesia, despertando habladurías principalmente entre
las muchachas,
quienes al verlo se enamoran pues Leandro es
exageradamente guapo. Y es en la iglesia donde el capataz se encuentra
cara a
cara con Amelia, quien al verlo, nerviosa,
enmudece, pues en él ve al asesino de su hijo mas no sospecha que se
trate de la
misma persona. Se lo dice a isidro, quien
investiga y llega a saber que el muchacho se llama “Lisardo” y es
pariente
de Margarita, a quien Amelia acude para
exigirle que le diga de donde es su pariente. Ambas discuten y el pasado
sale a relucir.
Margarita hiere a Amelia cuando le dice que
si su marido tuvo amoríos con Rosario fue porque se hartó de ella,
porque no la
ama y quiso olvidarla en los brazos de otra.
Humberto
busca a Maricarmen al igual que Luis Felipe. Ambos se enfrentan y
aseguran estar enamorados
de la muchacha. Margarita les hace saber que
su ahijada no quiere verlos pero Humberto se las ingenia para hablar con
su amada,
a la que convence de estar arrepentido y
dispuesto a casarse con ella. La besa y se reconcilian, mientras que
Luis Felipe
es sorprendido por unos hombres que lo
golpean. Llega a casa y alarma a Noelia, quien teme por la vida de su
hijo. Le asegura
que si no se casa con Yamila, Emigdio los
matará. Luis Felipe jura no tener miedo a nada.
Dimitrio
se encuentra con Rosaura. Hablan y confiesa
seguir amándola. Ella lo rechaza mas él cree que todavía es tiempo de
que reanuden
lo que dejaron pendiente en el pasado. La
mujer le recuerda que él abusó de ella y que desde ese momento fue
infeliz. Él le
asegura ser otro y ella, burlona, le dice que
en efecto es otro, pues se ha convertido en un pobre borracho que no
vale absolutamente
nada. Él le jura que
aunque han pasado
los años no ha podido olvidarla. Ella,
burlona y fría, le asegura que de la misma manera ella jamás ha podido
olvidar a Danilo
Preciado, al que está segura que él,
Humberto, mató.El hombre acude a beber en la cantina, donde Cereala, la
dueña, le sirve
y lo escucha, aconsejándole que, si lo que
desea es recuperar al amor de su vida, se olvide del alcohol y luche por
ella.
Leandro
se las ingenia para
hacer amistad poco a poco con Virginia, quien
le toma confianza. A la par, se las ingenia para seducir a Rosaura con
su sensualidad
pues sabe que la mujer lo espía. Acude al
cementerio y jura ante la tumba de su madre que descubrirá la verdad así
tenga que
valerse de las hermanas Del Moral.
Ángela
desprecia a Jacinto, al que confiesa que su relación no puede ser pues
ella se ha interesado
en otro. Jacinto le advierte que, si lo deja,
todo el pueblo se enterará de que han sido amantes durante mucho
tiempo. A ella
no le importa y le asegura que el hombre del
que ella se ha enamorado ahora la defenderá. Jacinto indaga y descubre
que ese
hombre es Leandro por lo que jura que lo
sacará de su camino a como de lugar.
Evangelina
discute con Ramiro sobre sus recientes pérdidas financieras.
El hombre intenta convencerla de que lo mejor
es que venda el Faisán a Emigdio Serrano pero la mujer se niega
rotundamente
y le pregunta si él trabaja para ella o para
el hombre que siempre ha querido sus tierras. Entende que Emigdio lo
mandó al
Faisán hace muchos años con un propósito. Lo
amenaza asegurándole que aunque ella parezca una mujer indefensa y tonta
puede
ser muy peligrosa cuando se trata de defender
lo suyo.
Rosaura
nota que entre Leandro y Virginia ha nacido una amistad. Exige a
Sebastián
que le diga algo pero el muchacho no sabe
nada. La mujer entonces enfrenta a su hermana y la acusa de tener
amoríos con el
capataz. Está dispuesta a decir a Evangelina
que Virginia es una cualquiera que tiene aventuras con los empleados.
Candelaria
la detiene y le jura que las dos hermanas no
son iguales pues Virginia es decente y jamás ha hecho nada de lo que
tenga que
arrepentirse. Rosaura se estremece cuando la
sirvienta le confiesa saber que ella y Ramiro han sido amantes y tienen
relaciones
desde hace muchos años, por lo que la amenaza
con decírselo a su madre si se empeña en empañar la reputación de su
hermana.
Descubierta, Rosaura sufre y llora
maldiciendo a su nana. Sale a caminar y se topa con Leandro, con quien
se desahoga haciéndose
la víctima y acusando a Virginia de todas sus
tragedias. Él la consuela y ella aprovecha para besarlo, asegurándole
sentirse
atraída a él desde el momento en que lo vio.
Leandro le corresponde pero se retracta seguro de que no es correcto. Se
disculpa
y se marcha. Rosaura lo sigue y le confiesa
que él la hace sentir fuego en la sangre. Le arranca la ropa y lo besa
apasionadamente.
Ambos se revuelcan despertando un apasionante
fuego.
Margarita
aconseja a Maricarmen que no confíe en Ángela, la cuál es mala y
seguramente se ha acercado a ella para conseguir algo. Esto, la
muchacha se lo cuenta a Sebastián, quien le dice que su hermana se
ha interesado en “Lisardo” y se ha acercado a ella solo para
tenerlo cerca ya que es familiar de Margarita. Cuando Maricarmen se
lo pregunta a Ángela, ésta lo niega y le asegura que en verdad es
su amiga. Ángela enfurece cuando descubre que Luis Felipe desea el
amor de Maricarmen. Escupe ponzoña y veneno ante Humberto, de quien
es amante. Él le asegura que Luis Felipe no es un rival para él.
Luis Felipe se presenta ante los Serrano y asegura que no se casará con Yamila
puesto que no la ama. Emigdio lo amenaza y el muchacho asegura no tenerle miedo.
Virginia
recuerda a Danilo y repentinamente el joven Leandro viene
a su mente. Se pregunta qué será de él. Al
asomarse por la ventana contempla al capataz y al mirarlo fijamente y
recordar
al muchacho que trabajó en el Faisán hace
años, se aterra. Le cuenta a Candelaria del gran parecido que existe
entre “Lisardo”
y Leandro, incluso en el nombre. La sirvienta
comienza a investigar haciendo preguntas al capataz, quien teme a que
ya haya
sido descubierto y habla con Sebastián, quien
le cuenta todo lo que sabe sobre la muerte de su padre y ante ellos
aparece
Virginia, la cual habla a solas con el
capataz sobre Danilo, contándole como fueron los echos. Tropieza, el la
toma en sus
brazos y están a punto de besarse pero ella
reacciona y huye. El joven Leandro no entiende qué le sucede y teme a
estarse
enamorando de ella. Lo mismo sucede a
Virginia, quien ha notado que el capataz la mira y trata igual que lo
hacía Danilo,
aunque le aterra el parecido que tiene con el
muchacho que una vez trabajó en el Faisán y purga una condena en la
cárcel.
Leandro
recibe la visita
de Germán y lo lleva al Faisán, donde le pide
a Evangelina que deje que su amigo revise sus libros de administración.
Ante
la confianza de la mujer Germán lo hace e
informa a Evangelina que Ramiro le ha estado robando desde hace muchos
años. La
mujer desea desenmascarar a su administrador
pero Leandro le aconseja que no lo haga y mejor le tienda una trampa.
Germán
se ofrece a ayudarla con la administración
del Faisán. Evangelina siente simpatía por el muchacho y acepta.
Agradece a Leandro
por preocuparse por el bienestar de su
familia y le confiesa haber deseado tener un hijo como él en vez de
haber parido a
Virginia, la cuál no sirve para nada.
Lucila
regresa a la Providencia y se presenta a Isidro y Amelia, , quienes la
rechazan y le prohíben
que se acerque a Sebastián. Lucila llora y
aunque les jura que no quiere hacerle daño a su hijo, promete que lo
recuperará.
Sufre cuando Amelia le dice que Sebastián
sabe que Ángela es su hermana de sangre y que sus padres murieron.
Lucila llora
y acude padre Trinidad y le dice que ha
regresado para recuperar a su hijo. Él la apoya y le aconseja que se
tome un tiempo
y primero se gane la confianza del muchacho.
Al no tener Lucila a donde ir, el sacerdote la lleva con Cereala, dueña
de la
cantina, quien contenta recibe a la mujer y
le propone que sean amigas. En la cantina reciben la visita de Leandro, a
quien
Lucila reconoce. Él le pide que lo llame
“Lisardo” y le cuenta porqué ha regresado a La Providencia. Ambos se
abrazan pues han llegado a recuperar sus
vidas después de más de veinte años.
Sebastián
cuenta a Isidro del interés de “Lisardo” en saber de su familia,
principalmente de Danilo. El hombre exige al padre Trinidad que le
diga si está protegiendo al asesino de su hijo y el cura le asegura
que el hombre que trabaja en el Faisán se llama Lisardo y no
Leandro, fingiendo sentir pena por el hijo de Rosario, asegurando que
todavía faltan muchos años para que salga de prisión. Amelia jura
que cuando tenga a ese asesino frente a él, lo matará. Trinidad
advierte al matrimonio que, si siguen llenos de rencor jamás
encontrarán la paz que les fue arrebatada hace mucho... Desde antes
que Danilo o Lisardo nacieran.
Ramiro discute con Rosaura pues
ella no es la misma y se niega a tener relaciones con él, haciéndolo
sospechar
que ha puesto los ojos en “Lisardo”. La besa
por la fuerza. Rosaura le corresponde y son descubiertos por Virginia,
a quien Rosaura suplica que no diga nada a
Evangelina. Virginia decide callar mas revela no estar dispuesta a que
su hermana
la siga menospreciando y enlodando ante su
madre, la cuál la ha castigado por lo que sucedió en el pasado y de lo
que solo
Rosaura es culpable pues aunque las dos
fueron responsables de lo que pasó, quizás la que más se condene al
infierno sea la
misma Rosaura, quien en su alma carga mucho
más pecados. Rosaura por su parte decide terminar toda relación con
Ramiro y le
exige que se marche de el Faisán antes que
Evangelina lo eche. Ramiro amenaza con decir a todo el pueblo que
Rosaura es una
mujerzuela si ésta no lo apoya y lo abandona.
La mujer, peligrosa, asegura que no permitirá que nadie se interponga
en su
camino.
Ninguna
de las dos hermanas Del Moral deja de pensar
en Leandro. Es la sensual Rosaura quien se dirige a los cuartos de los
criados,
donde siempre sorpende al hombre bañándose y
se desnuda para estar con él. Poco tardan en ser descubiertos por
Candelaria,
quien le advierte a Leandro que se meterá en
serios problemas. Le cuenta de las sospechas de Virginia respecto a él,
del amor
que ha comenzado a nacer en ella, y entonces
el muchacho, sincero, le pide a la mujer que lo reconozca. La obliga. Y,
al hacerlo,
Candelaria se aterra y llora y lo abraza. Él
le asegura ser inocente de la muerte de Danilo y estar dispuesto a
encontrar
al asesino. Candelaria le jura que ese
asesino al que busca no se encuentra en El Faisán pero Leandro tiene
razones muy poderosas
para sospechar de Rosaura.
Rosaura dice a Evangelina que
Virginia y el capataz han hecho amistad. Las escucha Candelaria, quien
revela que
Rosaura es la que más ha intimado con el
capataz además de tener una amistad demasiado estrecha desde hace muchos
años con
Ramiro. Evangelina asegura que Ramiro y
Leandro no son iguales y la sirvienta lo acepta, aunque revela que
mientras que Leandro
es solo un capataz, también es honrado y ha
demostrado ser leal, mientras que Ramiro, aunque se de aires de señor,
no es más
que un vulgar ladrón y oportunista capaz de
todo y de ello Rosaura se ha cerciorado muy bien. Evangelina, molesta,
exige a
las mujeres que le digan qué sucede y porqué
Candelaria dice tantas indirectas. Rosaura se marcha molesta y asegura
que la
nana se ha hecho vieja y solo se inventa
cosas en la cabeza. Evangelina amenaza a Candelaria con echarla si
insiste en hacer
insinuaciones sobre su hija.
Leandro invita a Sebastián a la
casa de Lucila y Cereala, donde el muchacho llena de felicidad a la
primera, quien
lo abraza y llora. Sebastián no entiende qué
es lo que sucede y luego cuenta a Isidro lo que sucedió. Isidro prohíbe a
su
nieto que vuelva a verse con Lucila y busca a
Leandro para reclamarle el entrometerse. Leandro le explica que Lucila
está
arrepentida y desea recuperar a su hijo, así
como él desea demostrar que el verdadero asesino de Danilo ha estado en
libertad
desde que cometió su fechoría. Isidro llora y
abraza a Leandro, a quien asegura haberlo creído inocente desde que lo
acusaron.
Maricarmen
visita a Virginia.
Hablan y son sorprendidas por Evangelina,
quien corre a la muchacha la cuál le pregunta porqué siempre la ha
odiado. Evangelina
le dice que la aborrece por significar el
pecado concebido por la perdida de su madre, la cuál se comportó como
una mujerzuela.
Maricarmen, sorprendida, ruega a Evangelina
que le diga quién fue su madre y la mujer está a punto de hablar pero
Virginia
la detiene y le suplica que no haga daño a
una inocente. Evangelina exige a Maricarmen que se marche de su casa y
no vuelva
jamás. Cuando Margarita se entera, habla con
Evanglina y le jura que si se empeña en hacer daño será ella quien grite
la verdad
a todos. Rosaura las escucha y decide buscar a
la bruja Adelfa, a quien pide que la ayude deshacerse de alguien y
enamorar
a un hombre. Adelfa da a la mujer un menjurje
y le advierte que éste es muy poderoso pues en grandes cantidades puede
matar,
así como le da instrucciones para preparar
toloache que Rosaura misma hace en su casa y le da de beber a Leandro,
quien por
accidente no lo bebe.
Ángela hace amistad con Yamila, a
quien advierte que, si no se cuida de Maricarmen, ésta estará casada
con Luis
Felipe dentro de muy poco, pues es una mosca
muerta que se vale de su cara de inocente para conquistar a los hombres.
Yamilia
acude a Maricarmen y la amenaza, asustándola.
Maricarmen llora y Margarita le exige que se defienda y deje de aceptar
las
ofensas e insultos de los demás.
Ramiro
se sorprende cuando Evangelina lo presenta con Germán, su nuevo
administrador, por lo que
lo despide. Ramiro exige una indeminización y
Germán le muestra todo el dinero que ha robado durante años por lo que
es Angelina
quien asegura que Ramiro no le paga todo lo
que le debe lo enviará a la cárcel. Al enterarse de ésto, Emigdio
reprende al
hombre, quien suplica a Luis Felipe que se
case con Yamila para salvar a su familia. Este revela estar enamorado de
Maricarmen,
a la que Ramiro busca y amenaza para que se
aleje de su hijo. Maricarmen, temerosa, hace caso y rechaza a Luis
Felipe, refugiándose
en Antonio, quien le revela estar enamorado
de ella. Maricarmen no sabe como reaccionar y Fausto habla con ella,
pidiéndole
que le de una oportunidad a su hijo para que
éste tenga una razón de vivir. Maricarmen entonces, para olvidar a
Humberto y
Luis Felipe, se hace novia de Antonio.
Leandro
sorprende a Virginia llorando y la consuela. La consuela y ambos se
cuentan sus penurias. Él entiende el deseo de ella por liberarse
asegurando que él más que nadie sabe lo que es estar prisionero.
Virginia le pregunta si él en realidad es quien dice ser o es
Leandro Montoro, el hijo de Rosario. Nevioso, él lo niega pero ella
lo descubre. Él dice tener tres verdades que revelar: Ser Leandro
Montoro, ser inocente, y estar perdidamente enamorado de ella, por lo
que la toma en sus brazos y la besa. Virginia le corresponde. Desde
ese momento comienzan un romance y ella le promete que lo ayudará a
demostrar su inocencia, revelando a Candelaria que nuevamente tiene
una ilusión en la vida. La sirvienta la felicita por la oportunidad
que se ha dado y le advierte que debe cuidarse de Rosaura, la cuál
no ha cambiado y hará todo lo posible por empañar su felicidad ya
que ha puesto los ojos en Leandro. Y no se equivoca, pues la malvada
hermana no deja de intrigar contra Virginia ante Evangelina, quien
harta le exige que deje de insinuar que entre su hermana y el capataz
pueda existir algo más que una amistad, como una mujer celosa,
exigiéndole que le diga si se ha encaprichado con “Lisardo”.
Rosaura calla. Evangelina la abofetea y le jura que no permitirá que
se vuelva a enredar con un muerto de hambre. Rosaura asegura a su
madre que no siente nada por el capataz pero Evangelina no le cree y
acude a Lisardo, a quien le exige que no se acerque a sus hijas. Él
lo promete y es burlado por Jacinto, quien dice a Ramiro que el
capataz ha sembrado discordia entre las hermanas del Moral. El
administrador busca a Rosaura y le exige que le diga si ahora ha
hecho su amante al capataz. Ella lo abofetea y lo corre de su casa.
Margarita
recuerda el pasado y confiesa al padre Trinidad no sentir
ningún vacío por no haber sido madre ya que
Maricarmen llegó a su vida sorpresivamente. El sacerdote revela a la
mujer que
el hecho de que se haya quedado con el fruto
del pecado de una de sus sobrinas siempre le será compensado por Dios
pero no
por Evangelina, quien nunca se lo perdonará.
Rosaura
descubre a Virginia y Leandro besándose. Llena de rabia se abalanza
contra su hermana y la
abofetea, acusándola de ser una cualquiera.
Virginia se defiende y delante de Leandro revela a Rosaura saber de sus
amoríos
con Ramiro desde hace muchos años así como
saber que sedujo a Danilo con el fin de arrebatárselo. Rosaura se
estremece al
saberse decubierta y está a punto de poner a
Evangelina al tanto de todo pero Candelaria se lo impide al amenazarla
con entregar
a su madre las cartas que ella y Ramiro se
han enviado durante años, así como decirle la verdad de lo que sucedió
hace más
de veinte años. Rosaura se deseahoga a solas,
furiosa, amenazando con destruir a todos. Mientras, Leandro calma a
Virginia
y le promete que él defenderá el amor que
ambos sienten así tenga que enfrentarse a Rosaura y Evangelina.
Casandra
ruega a Yamila que
se olvide de Luis Felipe y deje de ser
caprichosa pero la muchacha está dispuesta a lograr que, aún en contra
de su voluntad,
el muchacho esté con ella. Accidentalmente
conoce a Germán, quien le gusta y con el que en poco tiempo comienza una
estrecha
amistad que termina en la cama.
Candelaria
y Virginia descubren las brujerías que Adelfa dio a Rosaura. La
sirvienta acude a la bruja
y le exige que le diga qué es lo que
encontró. Adelfa solo se burla y asegura que es un menjurje para
enamorar al hombre amado.
De inmediato Candelaria reclama a Rosaura el
haber intentado embrujar a Leandro, quien escucha lo que hablan y
desprecia a
la mujer, por lo que busca a Virginia y le
suplica que lo perdone y acepte que lo ama. Ambos reanudan su romance.
Después
Rosaura busca al capataz y le suplica que la
ame a ella. Él se niega y le exige que no lo vuelva a buscar por lo que
en venganza
ella revela a Virginia que ha tenido
relaciones con el capataz. Candelaria intenta convencer a Virginia de
que su hermana
miente y ésta pide a Leandro que le diga la
verdad. El acepta que tuvo que ver con Rosaura antes de que comenzara a
amar a
Virginia.
Isidro
descubre la aventura entre Ángela y Jacinto y
reclama al hombre el aprovecharse de una muchacha que bien podría ser
su hija.
Ángela se revela ante su padre, al que
confiesa que se ha entregado a Jacinto. El hombre la abofetea y al
tomarse un trago
en la cantina escucha accidentalmente hablar a
Emigdio y Ramiro de la muerte de Gaudencio y de cómo la suerte los ha
favorecido
durante años, al haber echado del pueblo a
Lucila y haber colaborado para que Leandro pagara por el crimen contra
Danilo.
Isidro los acusa de ser criminales y asegura
que revelará todo a las autoridades. Decidido a desenmascararlos, huye,
sabiendo
que Leandro es inocente y dispuesto a
gritarlo pero no lo logra pues Ramiro y Emigdio le tienden una emboscada
y lo arrollan
con el auto de Emigdio para luego arrojarlo a
un voladero. Cuando Amelia se entera que su marido ha aparecido muerto,
sufre
demasiado y no hace más que recordar la
muerte de Danilo. El padre Trinidad la consuela y ella insiste en creer
que las Del
Moral son las culpables de todas sus
desgracias. Mientras, Emigdio le asegura a Ramiro que si sus hijos no se
casan lo hará
arrepentirse y hacerle pagar todo lo que le
debe. Ante la negativa de Maricarmen para verlo, Luis Felipe decide
casarse con
Yamila y la pide en matrimonio.
Virginia
y Candelaria deciden ir a dar el pésame a Sebastián y convencen a
Evangelina de que las
acompañe a pesar que la mujer está segura de
que solo recibirán ofensas por parte de Amelia. Se marchan y dejan a
Rosaura
sola en la hacienda. Esta intenta seducir a
Leandro y lo besa, siendo rechazada. Son sorprendidos por Ramiro, quien
discute
con ella y llega a abofetearla. Ambos
forcejean y terminan por revolcarse sin sospechar que Evangelina, quien
ante los desprecios
de Amelia en el funeral ha decidido regresar a
casa, se aproxima y al escuchar ruidos entra a la habitación de su
hija, descubriendo
a los amantes copulando por lo que de
inmediato corre al hombre de su hacienda para abofetear a Rosaura,
acusándola de ser
una mujerzuela. Rosaura se defiende pero
Evangelina le recrimina ser una perdida al igual que Virginia, la cuál
tuvo un hijo
ilegítimo. Le pregunta si quiere vivir
marcada igual que ella y Rosaura, llena de furia, asegura a su madre que
siempre ha
vivido engañada pues ese hijo ilegítimo no lo
parió Virginia, si no ella, Rosaura. Evangelina se aterra al saber la
verdad
mas Rosaura revela que ella fue quien quiso
separar a Virginia de Danilo, que se entregó a él y también fue de
Dimitrio Serrano,
el cuál la hizo suya por la fuerza. Fue ella
quien se embarazó y se empeñó en irse a la capital con su hermana y la
tía Margarita
para que nadie supiera su vergüenza, de la
cuál Virginia se hizo responsable para protegerla. Evangelina llora
llena de vergüenza,
desengañada, y corre a Rosaura del Faisán.
Ésta se niega a irse y jura que de ahora en adelante las cosas serán
diferentes
y ella amará a quien se le plazca. Evangelina
jura que jamás lo permitirá y corre a empacar las maletas de su hija,
dispuesta
a echarla. Ambas forcejean al borde de la
escalera y cuando Evangelina abofetea a Rosaura, ésta la empuja,
haciendo que ruede
por las escaleras, quedando inconsciente.
Rosaura, alarmada, sale en busca de ayuda y llama a Leandro, quien se
sorprende
al ver a Evangelina sobre el suelo y cree que
está muerta.
MARZO 2014. Cuando
Virginia y Candelaria regresan a casa se preocupan al enterarse de lo
que sucedió y se dirigen al hospital, alarmadas. Virginia entra en
pánico y Rosaura la abofetea delante de todos exigiéndole que se
calme o e marche.
Jacinto
informa de todo a Ramiro, quien espera que Evangelina muera para no
tener que pagarle nada y a Emigdio le sea más fácil apoderarse de
El Faisán.
Amelia
se entera de lo sucedido a Evangelina y solo espera que ésta muera
para que las hermanas Del Moral sufran tanto como ella. Ángela la
consuela y no deja de pensar en Leandro. Sebastián, por su parte, se
pone a merced de las hermanas Del Moral. Rosaura lo corre quitándole
su trabajo pero tanto Virginia como Leandro interceden por él.
Rosaura deja claro que ahora que su madre muera ella estará al mando
de El faisán. Virginia la abofetea y la acusa de pensar solo en si
misma. Tanto Leandro como Germán y Candelaria, y el resto de los
empleados, deciden apoyar a Virginia, decidiendo que en caso de morir
Evangelina ella será su patrona. Rosaura los maldice a todos.
Jacinto
y Ángela discuten. Él se pone violento y la chica es defendida por
Lucila y Cereala, a las que él amenaza con vengarse. Ángela a
cambio las desprecia y las acusa de ser unas mujerzuelas. Lucila
llora y teme a que Sebastián la rechace cuando sepa que es su madre.
Se presenta ante Amelia para darle el pésame y ésta la rechaza.
Hablan del pasado y son escuchadas por Ángela, quiend escubre que
ella y Sebastián no son hermanos y que el muchacho es hijo de Lucila.
Moribunda,
Evangelina se confiesa ante Trinidad y llora por haber estado
equivocada siempre. Delante de él pide perdón a Virginia por todo
el daño que le hizo creyéndola siempre la culpable de todo,
revelando saber la verdad. Virginia llora y acepta que hace años la
que se embarazó fue Rosaura y que la criatura que parió es
Maricarmen. Madre e hija se abrazan. Rosaura desea ver a su madre
pero ésta se niega a hablar con ella por lo que al llegar a casa la
mujer se encierra en su habitación, llorando amargamente. Virginia
hace lo mismo pero a diferencia de su hermana, ella, después de
muchos años, se siente liberada.
Tempranamente
Rosaura manda a llamar a Ramiro y, acompañada por Leandro, le
entrega su liquidación. Le asegura que si no lo envía a la cárcel
es para que él no hable de lo que sucedió entre ellos y le jura que
si intenta chantajearla hablará con Noelia y Luis Felipe y los
enterará de la clase de hombre que es. Ramiro intenta convencer a su
amante de quererla y desear protegerla ahora que Evangelina se
encuentra cerca de la muerte pero Rosaura le asegura que ella se ha
enamorado de otro hombre. Ramiro jura que se vengará y asegura que,
al final de cuentas, al morir Evangelina él mismo presionará a las
hermanas Del Moral para que decidan vender a Emigdio a muy bajo
precio todas sus tierras y el Faisán.
Evangelina
confiesa a Leandro saber quién es él desde el primer instante en
que lo vio. Le asegura creer en su inocencia y delante de Trinidad
pide que no se rinda y encuentre al verdadero asesino de Danilo
Preciado. La mujer suplica a su hermano que vele por sus hijas y más
por Virginia, la cuál quedará al merced del odio y rencor de
Rosaura, a quien la mujer pide ver y solamente maldice, asegurándole
que la perseguirá todo el tiempo y no descansará su alma hasta
saberla en el infierno. Evangelina muere y llena de dolor a Virginia
pero no a Rosaura, quien acepta que se siente liberada y de ahora en
adelante las cosas serán a su modo. Las hermanas Del Moral heredan
por partes iguales pero Rosaura impone su voluntad en la casa,
acusando a Virginia de ser una estúpida que solo sabe de los
quehaceres domésticos.
Nadie acude al sepelio de Angelina, despertando preocupación en Margarita, a quien Candelaria dice esperarse esa
soledad, sin nadie ajeno a la familia que le deel último adiós a su ama.
Al mando de El Faisán, Rosaura vuelve a
Leandro su mano derecha, exigiendo a los demás empleados que lo
respeten, sobre todo a Jacinto, al que promete que si causa problemas
lo echará. Éste solo intriga contra Leandro y asegura a Virginia
que el capataz y Rosaura son amantes, sin embargo Candelaria sospecha
que las intenciones de Rosaura son malas y habla con Leandro, al que
aconseja que no haga nada de lo que después pueda arrepentirse. Él
por su parte habla con Virginia, quien teme que al estar cerca de
Rosaura él pueda ser seducido por ella nuevamente. Leandro besa a su
amada y le jura que eso no sucederá. Rosaura los espía y ríe
malévola. Acude de nueva cuenta a Adelfa y le paga por un trabajo
para hacer daño a Virginia, quien desde ese momento comienza a
sentir calores y tener pesadillas y dolores de cabeza. Candelaria la
lleva con el doctor Fausto, quien no encuentra nada grave en la
mujer. Es Adelfa quien le dice a Virginia que alguien desea hacerle
mucho daño para arrebatarle el amor de un hombre. La mujer y su nana
deducen que se trata de Rosaura, a la que Margarita enfrenta al
enterarse de lo que sucede. Ambas terminan abofeteándose.
Maricarmen
sufre al enterarse por Sebastián que Luis Felipe y Yamila se casarán
dentro de poco. Se desahoga con Fausto, quien teme a que la muchacha
nunca se enamore de Antonio.
Dimitrio se encuentra con Lucila y le exige que se marche del pueblo. Ella se niega y le revela que Sebastián
es su hijo. El hombre se niega a reconocerlo y amenaza con intentar hacerles daño a los dos.
Margarita
y Virginia consuelan a Maricarmen
por el dolor de saber que Luis Felipe se
casará con Yamila. Rosaura las sorprende y solo se burla de la muchacha a
quien Margarita
defiende. Rosaura decide echarlas de su
hacienda. Virginia se opone y ella también es echada. Margarita se
revela y alega
que Maricarmen también tiene derechos pues
por sus venas corre la sangre Del Moral. Las hermanas piden a su tía que
calle
pero Margarita no puede más y está a punto de
revelar a Maricarmen que su madre es Rosaura, quien abofetea a su tía y
le exige
que se marche de su hacienda, tras callarla.
Virginia intercede por la mujer, quien llora y asegura a su sobrina y
Candelaria
no poder más con el secreto, mientras que
Rosaura piensa que debe buscar la manera de silenciar a su tía para
siempre.
Leandro
intenta descubrir la verdad y hace demasiadas preguntas a Rosaura,
quien sospecha que él quiere tenderle una trampa. Llama a la cárcel
del estado y pregunta por el asesino de Danilo Preciado
sorprendiéndose al saber que quedó en libertad y que su abogado fue
el licenciado Germán Rosales. Descubre que la han engañado y para
hacer sufrir a Virginia le dice saber la verdad, sorprendiéndose
cuando ésta le dice saberla desde hace mucho tiempo. Rosaura reclama
a su hermana el habérsela ocultado y Virginia, fuerte y decidida,
revela que a ella se lo dijo el mismo Leandro, como muestra de amor
verdadero.
Debido
a las calumnias de Amelia y Ángela, Margarita y Maricarmen tienen
conflictos en el pueblo y la gente apedrea la casa de la mujer, quien
llora pues no entiende porqué Amelia ha provocado tanto odio entre
la gente. Trinidad habla con la viuda Preciado y le jura que si no se
detiene en soltar ponzoña y veneno será él mismo quien revele a la
gente de La Providencia lo que en verdad sucedió en el pasado para
que ella odie tanto la familia Del Moral y sus allegados. Sebastián
los escucha y exige a su abuela que le diga qué es lo que en
realidad pasó. Amelia se encierra y llora, negándose a hablar,
mientras que Margarita y Maricarmen son llevadas al Faisán, donde
Rosaura se niega a recibirlas. Virginia se impone y, como heredera de
la mitad de todo, decide que las mujeres se quedarán a vivir en su
casa. Desde ese momento Rosaura desata su furia sobre Maricarmen, a
la que maltrata y exige que coma con la servidumbre, en la cocina.
Margarita la acusa de ser una mala madre que no siente nada por su
hija. Rosaura le jura que si vuelve a repetir que Maricarmen es su
hija, la echará, pues ella nunca quiso ni querrá a la bastarda.
Rosaura ríe, malévola, y al dar un paseo por el campo está a punto
de ser mordida por una serpiente a la que observa con malicia,
creyendo saber cómo deshacerse de Margarita.
Yamila
y Luis Felipe se casan y no son felices pues él no puede olvidarse
de Maricarmen. Yamila le reclama el pensar en otra mujer. El muchacho
le recuerda que si se casaron fue porque ella y su padre lo
presionaron, no porque se amaran. Él, por su parte, sufre las
constantes agresiones de Humberto, quien le asegura que será el
quien se case con Maricarmen, así como accidentalmente Luis Felipe
descubre que entre Dimitrio y Casandra existe una relación pasional.
Emigdio
obliga a Ramiro a hacer negocios con el narcotráfico, del que éste
y Dimitrio son parte. Ramiro teme a firmar su sentencia de muerte y
Noelia lo alienta para que obedezca al hombre que siempre ha sido como
un padre para el, sin sospechar la siniestra travesía a la que se
enfrentarán.
Casandra
aconseja a Yamila que termine su amistad con Ángela, la cuál es una
pobretona y arribista. Y no se equivocan, pues Ángela mantiene una
relación secreta con Humberto, de quien se burla por amar a
Maricarmen, a la que acusa de ser una estúpida que tiene romance con
Antonio. Humberto busca a Maricarmen en el Faisán y discuten.
Intenta propasarse con ella nuevamente y sebastián se enfrenta a él.
Es Humberto quien golpea al muchacho y le jura a Maricarmen que nunca
se librará de él.
Leandro
descubre un auto abandonado en una vieja carretera. Consigue
arrancarlo y lo guarda en casa de Margarito. Jacinto descubre que ese
auto el mismo con el que Emigdio mató a Isidro por lo que acude a la
policía y acusa a Leandro de ser el responsable. Leandro es detenido
y cuenta como fue que encontró el auto. Margarita y Trinidad
intentan ayudarlo pero no pueden hacer nada y menos cuando Emigdio
aparece para hundir a Leandro, a quien a solas confiesa que hace
muchos años también se encargó de destruir a un perro igual a él
y que purga una larga condena. Al enterarse de lo que sucede y ante
los ruegos de Virginia, Rosaura hace prometer a su hermana que si
logra que Leandro salga libre se olvidará de él. Acude a la cárcel
y propone lo mismo al capataz, quien se niega amarla. Entonces
Rosaura decide dejarlo encerrado para darle un escarmiento mientras
que acude a Emilio y lo amenaza con revelar a todos quién es él en
realidad y cómo Dimitrio abusó de ella hace tantos años, de la
misma manera que ha hecho con otras mujeres. Emigdio calla pues sabe
que una enemistad con las Del Moral es lo menos conveniente para él.
Paga a las autoridades para que olviden el incidente por lo que al no
encontrarse pruebas suficientes Leandro queda en libertad para
enfrentarse a Amelia, a quien revela ser él Leandro Montoro y ser
enteramente inocente de la muerte de Danilo.
Luis
Felipe confiesa a Antonio tener deseos de divorciarse de Yamila e irse
de La Providencia para
siempre. Acepta estar perdidamente enamorado
de Maricarmen. Antonio habla de Maricarmen y cuanto ella ha amado a
Humberto
desde siempre y como sentirse inseguro ante
el amor de la muchacha pues etá convencido de que ella no lo ama. Luis
Felipe
confiesa a su amigo los negocios turbios
entre Ramiro y Emigdio, así como estar convencido que entre Dimitrio y
Casandra existe
una relación más allá de la de madrastra e
hijastro.
Amelia
sufre al saber al asesino de su hijo libre. Se niega a aceptarlo y
reprocha
a Trinidad que no se lo hubiera dicho. Hay un
nuevo encuentro entre el capataz y la mujer en la iglesia, donde ella
no hace
más que insultarlo y llamarlo asesino.
Leandro le jura que, así se lleve la vida entera, le demostrará que él
no mató a su
hijo. Ángela y Sebastián se llevan una fuerte
impresión cuando su abuela les dice que Leandro es el hombre que mató a
sus
padres. Sebastián enfrenta al hombre, quien
intenta explicarle que es inocente mas no lo desea escuchar. Leandro se
desahoga
con el padre Trinidad, quien a su vez asegura
a Sebastián que Leandro es inocente y le revela que sus padres viven.
Sebastián
no puede creer lo que escucha y exige a
Amelia que le diga la verdad. Esta calla, llora, y asegura que jamás le
dirá en donde
están sus padres. Busca a Lucila y le exige
que se marche lejos y no regrese jamás pero la mujer se niega, mientras
que Ángela
asegura a Leandro que ella cree en él y se
desnuda dispuesta a ser su mujer. Son descubiertos por Rosaura, quien
desgreña
a la muchacha y la corre a balazos del
Faisán. Todos se hacen presentes ante el ruido y, llorando, Rosaura les
cuenta lo que
vio, acusando a Leandro de ser un mujeriego.
Margarita y Maricarmen creen en el hombre, quien les asegura que Ángela
lo intentó
seducir, pro no Virginia, quien sufre y cree
que Leandro es igual al resto de los hombres.
Ángela
burla de Sebastián por seguir amando
a Maricarmen, segura de que la muchacha nunca
le corresponderá pues es ambiciosa y calculadora como las Del Moral.
Sebastián
hace sentir mal a su hermana al decirle que
su odio hacia Maricarmen en realidad es por envidia, por ser lo que ella
nunca
será. Ángela se desahoga con Amelia, quien
prohíbe a Sebastián que regrese a trabajar al Faisán y se encuentre con
Maricarmen.
Él exige a su abuela que le diga porqué odia
tanto a la muchacha y la abuela se niega a hablar mas aparece
Candelaria, y le
exige que le diga al muchacho porqué odia
tanto a Maricarmen y a todos los que tienen que ver con la familia Del
Moral. Amelia
calla, se niega. A solas Candelaria le
recuerda que su odio es porque ella nunca pudo casarse con Prisciliano,
por andar de
casquivana con Isidro. Amelia está a punto de
abofetear a la mujer pero ésta la detiene y le recuerda que lo que le
ha dicho
es verdad, y que si se ha empeñado en
desprestigiar a las Del Moral ha sido para ocultar su verdad, acusando a
otras de los
pecados que ella hace muchos años cometió.
ABRIL 2014. Maricarmen
sufre los desprecios de Rosaura, a quien Virginia le recuerda que la
muchacha es su hija. Rosaura asegura odiarla por recordarle los
motivos por los que la tuvo y jura que nunca la querrá. Virginia
consuela a su sobrina, quien pide a Margarita que se marchen lejos,
sin embargo Virginia le asegura que irse ellas, se quedaría muy
sola. Margarita de nueva cuenta enfrenta a Rosaura y le revela estar
dispuesta a decir la verdad a Maricarmen y al resto de los habitantes
de La Providencia. Rosaura la alienta para que lo haga, asegurando
estar lista para enfrentar las consecuencias. Margarita entonces
acude al padre Trinidad y le revela lo que hará, pero esa misma
noche, al dormir, la mujer es sorprendida por una vívora venenosa
que la misma Rosaura introduce en su cama y que la muerde, causándole
la muerte pues la misma Rosaura se encarga de cubrirle el rostro con
una almohada para que nadie la escuche gritar. La muerte de Margarita
llena de dolor a su familia y es Fausto quien revela que la mujer
murió debido a la picadura de una serpiente venenosa.
Tras
enterrar a Margarita, Maricarmen se encuentra desconsolada y Leandro
la alienta para que siga adelante pero la muchacha cree que vivir al
lado de Virginia y Rosaura será un terrible infierno. El capataz
pide a las hermanas que hagan feliz a la muchacha pero Rosaura no
está dispuesta y jura que el calvario de Maricarmen apenas comienza,
mientras que, a solas, Leandro abraza a Virginia y le confiesa
amarla. Desea besarla, hacerla suya, pero la mujer se niega y le
pide que le de tiempo.
Pasando
un tiempo Emigdio ofrece a Virginia y Rosaura una fuerte suma de
dinero por El Faisán y sus tierras. A Rosaura le parece buena la
oferta y trata de convencer a Virginia para que venda, dispuesta a
arrebatarle su parte con engaños pero Germán y Leandro les hacen ver
que su fortuna se debe a la hacienda y al deshacerde de ella quizás
con el tiempo terminen perdiéndolo todo. Germán jura estar
dispuesto a hacer que El Faisán aumente sus ingresos y las convence
de no vender, apoyado por Leandro, causando furia a Emigdio, quien
decide que el capataz y el nuevo administrador se han convertido en
una piedra en el camino y está dispuesto a deshacerse de ellos.
Manda a llamar a Germán y le ofrece una fuerte cantidad de dinero
para que desaparezca. El administrador se niega, se encuentra con la
triste Yamila, quien le revela ser infeliz al lado de su marido. Se
besan y son descubiertos por Casandra, quien reclama a su hija ser
infiel a su marido. Yamila grita lo infeliz que es y Casandra le
recuerda que fue ella misma quien con sus caprichos firmó su
sentencia.
Sebastián
intenta besar a Maricarmen y ella, tras
rechazarlo, le hace saber que solo pueden ser amigos. El muchacho es
abordado por
Jacinto, quien le promete que le mostrará una
manera eficaz para que Maricarmen esté atada a él de por vida: Le
plantea que
se la robe, llenándolo de dudas y malos
pensamientos en contra de Leandro, asegurando que Maricarmen se ha
encaprichado con
el capataz. Rosaura, quien los espía, acude a
la muchacha y a bofetadas le exige que le diga qué existe entre ella y
Leandro.
La muchacha solo llora. Es defendida por
Virginia, a quien Rosaura también abofetea y les jura a ambas que si
intentan enredarse
con el capataz lo lamentarán.
Ramiro
se encuentra desesperado y Noelia no hace más que exigirle lujos a los
que habían estado acostumbrados.
Él maltrata a su mujer y acude a Rosaura, a
la que exige una fuerte suma de dinero a cambio de callar todo lo que ha
existido
entre ellos. La mujer toma su rifle y lo
amenaza de muerte jurando que si intenta perjudicarla serán su esposa y
su hijo los
que paguen. En venganza, Ramiro labora un
plan junto con Jacinto para meter un susto a la mujer, a la que le
disparan, advirtiéndole.
Ella se refugia en Leandro, al que pide que
nunca se separe de ella y lo besa. Él le hace saber que Jacinto se
encuentra detrpas
de todo. Rosaura lo seduce, le ruega que la
haga suya y ambos terminan encamándose. Son descubiertos por Virginia,
quien se
impresiona y llora. Más tarde Leandro la
busca e intenta explicarle. Ante la negativa de ésta, él la toma en sus
brazos y
la besa apasionadamente pero ella lo abofetea
y lo rechaza. Leandro jura que él no ama a Rosaura, pero no la ha
despreciado
porque desea hacerla pagar, pues la cree
responsable de la muerte de Danilo, por lo cuál él pasó más de 20 años
en prisión.
Virginia entonces piensa que todo se trata de
una venganza y que a ella la ha enamorado por lo mismo, para jugar con
las dos.
Se lo dice a Candelaria, quien habla con
Leandro y le promete que ni Virginia ni Rosaura pudieron ser capaces de
cometer ese
crimen. Leandro llora desesperado pues desea
encontrar al asesino por el cuál su vida se desmoronó y su madre murió.
Antonio
comienza a volverse
grosero y celoso debido a su obsesión por
Maricarmen, a la que prohíbe que se acerque incluso a Sebastián. Ella
comienza a
sentir miedo hacia él y cree que lo mejor es
que terminen. Se topa con Luis Felipe, quien le cuenta lo triste de su
vida matrimonial.
Ambos terminan besándose y son vistos por
Yamila, quien les arma un tremendo escándalo y acusa a Maricarmen de ser
una roba
maridos afuera de la panadería de Amelia,
quien de inmediato esparce el chisme, mientras que Yamila se desahoga
con su padre,
el cuál amenaza a Luis Felipe con eliminar a
Maricarmen si no se aleja de ella. Luis Felipe asegura no tener miedo a
sus amenazas.
De inmediato Emigdio manda a unos maleantes a
darle un susto a Maricarmen para advertirle que se aleje del muchacho.
Al saberlo,
Luis Felipe se enfrenta a su suegro y jura
que si Maricarmen sufre un daño él hablará con la policía sobre los
negocios sucios
de la familia Serrano, aunque por ello tenga
que sacrificar a su padre, Ramiro.
Fausto
discute con Antonio, quien cada vez parece más amargado.
El muchacho se revela y al padre no le queda
más que ir a la cantina a por un trago. Allí conoce a Cereala, con quien
se desahoga.
Esta lo presenta con Lucila, quien le cuenta
quien es en realidad. Ambos deciden mantenerse en contacto y hacer
amistad pues
ella es madre de Sebastián, el cuál es muy
querido por todo el pueblo.
Trinidad
visita las tumbas de Evangelina y Margarita. Es sorprendido
por Virginia y Maricarmen, quienes se
desahogan con él asegurando que con Rosaura al mando de El Faisán todo
se ha vuelto
un infierno. El sacerdote intenta hablar con
su sobrina mayor, quien lo corre de la hacienda y le advierte que si
intenta
entrometerse correrá con la misma suerte que
su hermana y la metiche de Margarita. El sacerdote se estremece cuando,
al hacer
oración, descubre que quizás Rosaura está
detrás de la muerte de Evangelina y Margarita. La mujer se presenta en
la iglesia
y se lo revela en secreto de confesión, asi
como su afán de destruir a Virginia y a Maricarmen, su propia hija,
causándole
un gran dolor al sacerdote.
Virginia se siente terriblemente
sola y sufre. Al descubrir a Humberto tratando de molestar a Maricarmen
lo enfrenta.
Él solamente se burla de las dos. Virginia se
arma de valor y la abofetea. Él está a punto de responderle pero
aparece Leandro
y lo enfrenta, saliendo vencedor en una lucha
de golpes.
Rosaura
es insultada por Amelia y, en venganza, le
revela que su nieta Ángela es una mujerzuela que se ha revolcado con
Jacinto durante
mucho tiempo. La mujer no cree en lo que la
mujer le dice y enfrenta a su nieta, quien lo acepta y asegura que se ha
enamorado
de Leandro, por el cuál luchará y al que
busca para entregarse a él. Es rechazada y se enfrenta a Rosaura, quien
la corre
del Faisán. Ángela ofende a la mujer y ésta
la abofetea vilmente, asegurándole que si se mete con ella, lo pagará
muy caro.
Sebastián apoya a Rosaura y le jura que su
hermana no la volverá a molestar. Los chicos discuten y Ángela llora
reclamando
a su hermano el no apoyarla nunca. Sebastián
le confiesa saber que sus padres no murieron y le propone que
investiguen quienes
son. Ángela se niega pues a ella no le
interesa saber quienes la abandonaron a merced de dos ancianos
insoportables como Isidro
y Amelia.
Ángela
se presenta ante Lucila y la amenaza con decir a Sebastián que ella
es su madre. Cereala intercede y defiende a su amiga. Alienta a
Ángela a que diga lo que sabe pues así se ganará el desprecio de
Amelia y quizás, como consecuencia, ella también conocerá sus
orígenes. Ángela sospecha que la cantinera sabe quienes fueron sus
padres y le exige que se lo diga. Cereala solo se burla de ella y le
hace saber que si les hace daño a Lucila y su hijo, lo lamentará.
Ángela entonces enfrenta a Amelia y le exige que le diga quienes
fueron sus padres. Aparece Sebastián y al no entender qué sucede
Amelia les revela que ninguno de ellos es hijo de Danilo pero no les
dice más.
Leandro
suplica a Virginia que se olviden del pasado y se marchen juntos pero
ella no quiere dejar desamparada a Maricarmen. Él confiesa saber que
la muchacha no es su hija pues conoce lo que sucedió en el pasado.
La besa, es correspondido y Rosaura los descubre armando un terrible
alboroto. Virginia la enfrenta esta vez y ante los insultos la
abofetea pue está harta de las acusaciones de su hermana. Leandro
por su parte confiesa amar a Virginia y saber a lo que se atiene con
Rosaura pues la conoce muy bien ya que él sabe de todo lo que
ocurrió hace tantos años con Dimitrio Serrano y Danilo Preciado,
acusando a Rosaura de haberlo matado. Ésta abofetea al capataz y lo
corre, pero Leandro no está dispuesto a irse ni Virginia a
permitirlo. Rosaura sale de casa y busca a Ramiro, quien la amenaza
con decir a la gente que ella fue quien mató a Danilo hace muchos
años. Ella lo abofetea y le jura que eso es una calumnia. El hombre
intenta abusar de ella y ella, al defenderse, Rosaura lo llama
Dimitrio, descubriendo así Ramiro que el hijo de Emigdio la violó
hace años y se burla de ella, acusándola de ser una mujerzuela. Le
exige que le de el dinero que le ha pedido desde hace tiempo y ella
le promete que le dará justo lo que se merece, por lo que acude a
Adelfa para que la ayude. Ambas preparan un muñeco de vudú con el
que Rosaura comienza a hacer mal a su ex amante.
Germán
y Yamila viven un tórrido romance. Hacen el amor y él le aconseja
que se divorcie de su marido y ellos dos intenten ser felices delante
de la gente. Yamila se opone y asegura que ella jamás le dará el
divorcio a Luis Felipe.
Dispuesta
a separar a Virginia de Leandro, Rosaura propone a Ángela que tenga
una ardiente cita con el capataz. Ángela acude a Leandro, quien
previamente es drogado por Rosaura. Lo engañan y al quedarse dormido
Ángela lo desnuda y se mete en su cama. Virginia es alentada por su
hermana para descubrirlos, así como Sebastián, quien no puede creer
que su amigo haya abusado de su hermana. Renuncia a su trabajo en el
Faisán y Virginia sufre rompiendo toda relación con Leandro, quien
jura a Candelaria que él no tocó a Ángela, la cuál, por su parte,
suplica a Humberto que la haga suya, dispuesta a quedar embarazada
para así amarrar al hombre del cuál se ha encaprichado. Humberto le
hace el amor.
Luis
Felipe pelea con Yamila y la familia de ésta
interviene por lo que
el muchacho anuncia que se separará de la
muchacha. Busca a Maricarmen y le confiesa su amor y su pronta
separación. Humberto
los descubre y junto con Jacinto pone una
golpiza a su rival.
Emigdio
asegura a Noelia que si su hijo le es infiel a Yamila, lo matará.
Harta de las amenazas, Noelia le pide que mejor vigile a su esposa y
su hijo mayor, los cuales tienen una relación mucho más fuerte que
la de madrastra e hijastro. Emigdio, sospechando algo por la cercana
relación entre su hijo y su mujer, acude a ésta y la golpea,
exigiéndole que le diga qué tiene que ver con Dimitrio, el cuál
aparece y calla, dejando que su padre maltrate a Casandra, quien
asegura al hombre que le han llenado la cabeza de mentiras. Dimitrio
asegura a su padre que lo que dice Casandra es verdad y cuando sabe
quién le ha dicho lo que sucede, acude a Noelia y con violencia la
amenaza con hacerle daño a su familia para hacerle pagar por su
infame calumnia.
Rosaura
es sorprendida por Ramiro, quien la jalonea y le exige que le de el
dinero que le debe. Virginia pide a Rosaura que le diga porqué
Ramiro la ha maltratado. Las dos hablan del pasado y Rosaura asegura
que Maricarmen es hija de Danilo Preciado. Cuando Virginia se lo
cuenta a Leandro, éste le dice que eso no puede ser cierto pues él
mismo los espió muchas veces y está convencido de que Maricarmen no
es hija de ese hombre. Virginia sospecha entonces que Maricarmen es
hija de Dimitrio Serrano.
Fausto
y Lucila se entienden y él cree que se ha enamorado de ella y se lo
confiesa. La mujer lo rechaza pues no desea avergonzarlo por ser
quien es. El hombre la besa y le asegura que, si ella quiere él la
puede ayudar, casándose con ella. La mujer le revela su pasado y
Fausto le asegura que a él no le importa. Cuenta lo que sucede a
Antonio, quien a su vez se lo cuenta a Luis Felipe, quien cada vez
está más seguro de que los Serrano son perversos.
Emigdio
presiona a Ramiro con amenazas. Como consecuencia éste amenaza a
Rosaura con decir su verdad
en todo el pueblo. La mujer se las ingenia y
le propone que se vean a solas en una vieja casa que él tiene en una
población
cercana. Allí Ramiro intenta hacerle el amor
pero Rosaura se las ingenia y lo emborracha, haciéndolo hablar de todo
cuanto
sabe de los negocios de Emigdio, enterándose
de que éste desea poseer El faisán desde hace años y por lo cuál lo
metió a trabajar
como administrador, para robarles y presionar
para que vendan. Rosaura hace que Ramiro beba un mortal veneno que le
arranca
la vida lentamente, a los pies de la mujer, a
la que maldice mientras se retuerce de dolor. Tras su fechoría, Rosaura
acude
a Adelfa para pedirle más porción de la que
le dio la vez pasada. Adelfa consulta a los espíritus y se alarma, pues
ve dentro
de Rosaura la cara del diablo y la muerte que
aniquilará a La Providencia. Rosaura desespera y exige a la bruja que
le de
lo que le ha pedido pero la mujer se niega a
seguir haciendo tratos con ella. Forcejean y Rosaura la empuja, haciendo
que
la mujer caiga por accidente en el fuego,
incendiándose. La bruja corre por doquier pegando alaridos mientras
Rosaura toma
porciones y se marcha no sin antes
cerciorarse de que la bruja haya muerto.
ABRIL 2014. Cuando
Noelia y Luis Felipe se enteran de la muerte
de Ramiro, la mujer acude a Emigdio, quien amenaza con dejarlos en la
calle pues
todo cuanto tienen le pertenece
a él. A Luis Felipe no le importa y pide a
Germán que lo ayude a
divorciarse. Germán teme a que Yamila lo
rechace por ayudar a
deshacer su matrimonio y tras hablar con
ella, ésta lo convence de
no ayudar a Luis Felipe, quien asegura a su
esposa que se divorciará
le guste o no. Tras una fuerte discusión en
el funeral de Ramiro,
Yamila regresa a casa y sorprende a su madre,
Casandra, fornicando
con Dimitrio. Los amantes le piden que no
diga nada y la amenazan con
revelar a Luis Felipe que ella lo engaña con
Germán, para así
darle las armas suficientes para que se
divorcie. Yamila llora
amargamente y se desahoga con Ángela, quien
le asegura que la
culpable de todo es Maricarmen, a la que
Yamila busca para
amenazarla. Virginia se enfrenta a la
muchacha y la corre del Faisán
para luego darle consuelo a su sobrina, la
cuál lo único que desea
es irse lejos, donde la maldad y el repudio
de la gente no esté a
su alcance.
Rosaura
no desiste de espiar a Leandro y se toca mientras lo mira bañarse.
Es sorprendida por Candelaria, quien le pregunta si, como en el
pasado, nuevamente intentará hacer hasta lo imposible por
arrebatarle el hombre a su hermana. Discuten y Rosaura asegura que
Maricarmen es hija de Danilo. Son escuchadas por Jacinto, quien
escucha a Candelaria decir que no cree en las palabras de Rosaura
pues si Maricarmen hubiera sido hija del difunto otra hubiera sido su
suerte.
Amelia
no deja de calumniar a Lisandro y las Del Moral. Sebastián exige que
olvide los rencores pues no cree que el capataz sea capaz de matar
pero la mujer insiste en culparlo por la muerte de su hijo.
Trinidad
advierte a Candelaria que debe estar atenta a lo que Rosaura haga
pues no es lo que todos piensan y detrás de su apariencia regia, fría
y severa se esconde algo peor.
Rosaura
es sorprendida por Jacinto, quien le confiesa haber estado interesado
en ella siempre. Intenta besarla y ella lo abofetea. Jacinto le revela
saber que Maricarmen es hija suya y de Danilo Preciado, así como que
ella fue la responsable de la muerte de la bruja Adelfa y también la
asesina de Ramiro Altamirano. Rosaura decide hacer a Jacinto su
cómplice. Lo besa y se entrega a él para luego pedirle que la ayude
a deshacerse de todo aquel que quiera hacerle daño. Él se pone a lo
pies de la mujer y le ruega que lo nombre capataz. Al saber que para
la mujer Leandro es irreemplazable, Jacinto le asegura a ésta que
ese hombre será su perdición si no se deshace de él.
Leandro
y Virginia viven su amor intensamente y deciden que se casarán en
secreto. Acuden al registro civil, donde Ángela los sorprende y
asegura estar esperando un hijo de él. Esto causa que Virginia
nuevamente se sienta desilusionada mientras que la muchacha exige al
hombre que se case con ella. Leandro le jura que eso nunca sucederá
y exige pruebas de su paternidad.
Tras
hablar con Lucila, Trinidad intenta hacer reflexionar a Amelia sobre
el pasado y sobre Leandro, el cuál es inocente de todo lo que
sucedió. Amelia llora y acepta despreciar al muchacho por estar
segura de que es hijo bastardo de Isidro y Rosario. Trinidad jura que
eso es mentira pues a Rosario la tomó por la mala un hombre perverso
para el que trabajó. Amelia hace recuento y descubre que ese hombre
es Emigdio Serrano, al que se encuentra y cuando éste se burla de
ella y su miseria le grita delante de todo el pueblo que es un cerdo
que se aprovechó de Rosario, así como su hijo se aprovechó de su
sobrina Lucila y que Leandro y Sebastián son hijos de ellos y, por
lo tal, son tío y hermano! Emigdio exige a la mujer que calle pero
ésta se da rienda suelta hablando. Furioso, Emigdio manda a
incendiar la panadería y casa de la mujer, la cuál se consume entre
las llamas, causando un gran dolor a Sebastián y Ángela, a quienes
Virginia ofrece vivir en El Faisán a pesar de la oposición de
Rosaura. Ángela acepta con tal de estar cerca de Leandro pero no
Sebastián, quien se refugia en Lucila y al emborracharse le confiesa
querer encontrar a sus padres. Lucila sufre y Cereala y Fausto le
aconsejan que ya diga la verdad.
Maricarmen y Luis Felipe se encuentran accidentalmente. Intentan hablar pero aparece Yamila y solo
ofende y burla a su enemiga.
Sebastián habla con el padre
Trinidad y le pide que le diga quienes fueron sus padres. Aparece Lucila
y dice la
verdad a su hijo, quien se aterra al saber
que es hijo de Dimitrio. La rechaza y ella acepta ante Trinidad sentirse
liberada,
mientras que Sebastián sufre a solas y al ser
visto por Leandro éste intenta ayudarlo pero el chico lo rechaza.
Leandro
intenta reconquistar
a Virginia, quien lo rechaza por temor a
sufrir. Él le explica que Rosaura y Ángela le tendieron una trampa para
separarlos.
Virginia le cree cuando Candelaria, tras
escuchar a Ángela y Rosaura hablando de lo que sucedió, le dice que el
capataz ha
dicho la verdad y que le han tendido una
trampa. Virginia se presenta ante su hermana y Ángela y las enfrenta,
corriendo a
la muchacha del Faisán. Ángela pide a Rosaura
que la ayude pero la mujer se niega pues ya no le sirve de nada. Ángela
jura
que se vengará. Busca a Amelia, la cual solo
critica la manera de vivir de Lucila y reprocha a Sebastián el haberla
llevado
a vivir con ella. Ángela y su abuela tienen
un enfrentamiento y la muchacha insulta a la mujer, quien la abofetea.
De nueva
cuenta Ángela busca consuelo y esta vez lo
hace con Germán, quien le aconseja que se olvide de Leandro pues él
jamás la mirará
como mujer ya que ama sinceramente a
Virginia. La muchacha, vengativa, se presenta ante la solterona para
ofenderla. Candelaria
intercede y la pone en su lugar. Cuando
Ángela llama rameras a las hermanas Del Moral, Candelaria la abofetea y
le revela
que ramera fue la madre que la parió y la
abandonó en el burdel donde la dio a luz, sin saber siquiera quien fuera
su padre.
Ante tal revelación Ángela se atormenta y
exige a Amelia que le diga la verdad. Amelia llora y le dice que lo que
Candelaria
le dijo es la verdad. La muchacha entonces
acude a Cereala y le exige que le diga quién es su madre. Cereala se lo
dice: Una
ramera que sin saber quién fuera su padre la
parió y la abandonó para morir años después debido a una enfermedad.
Ángela sufre,
se amarga, busca a Leandro para que la
consuele y se aprovecha de ésto para seducirlo pero él la rechaza y le
asegura que
nunca la amará. Se topa entonces con Rosaura y
esta se alegra de que ya sepa la verdad. Le asegura que peor que ser
una ramera
es ser la hija de una y no saber quién de
tantos hombres pueda ser su padre. Le entrega un menjurge para que se
ayude y acabe
con su vida, llenándola de ideas. Ángela,
atormentada, llora llena de dolor y al encerrarse en el baño de su casa
se mete
a la tina y se toma la poción, quitándose así
la vida. Tras esta tragedia Sebastián y Leandro hacen las paces y
deciden ser
amigos, mientras que Amelia se aferra a su
nieto y al temer por lo que pueda suceder decide perdonar a Lucila,
revelando a
Sebastián que su madre no es culpable de nada
y que si huyó fue porque fue amenazada. Sebastián pide saber quien es
su padre
pero las dos mujeres se niegan a decírselo.
Aparecen los Serrano a dar el pésame y Amelia los corre. Lucila enfrenta
a Dimitrio,
a quien acusa de que Sebastián haya llevado
una vida miserable y llena de carencias cuando él pudo haberlo ayudado.
Dimitrio
insiste en no reconocer su paternidad. No se
dan cuenta de que Sebastián los escucha y tras eso sale hecho una furia a
desahogarse
con Leandro, a quien dice que es hijo de
Dimitrio Serrano.
Virginia
pide a Amelia que la deje ayudarla pues desea prestarle el dinero
para que repare su casa y panadería. La mujer, fría, se niega pero
Lucila y Sebastián aceptan esa ayuda y prometen a Virginia que le
pagarán hasta el último centavo.
Luis
Felipe y Noelia quedan en la calle gracias a Emigdio, quien les ha
quitado todo. Por su parte Luis Felipe presenta su solicitud de
divorcio causando gran dolor a Yamila, a quien germán le ruega que
firme. Tras hablar con Humberto, quien le aconseja que no se castigue
más queriendo retener a quien no la ama, la muchacha decide firmar y
queda divorciada de su marido, quien busca a Maricarmen y le dice que
ahora podrá estar con ella. Cuando se lo hace saber a Antonio, éste
siente que el mundo se le desmorona pero esa furia hace que pida a su
padre llevarlo al extranjero, donde desea someterse a una operación.
Emigdio
se presenta ante las Del Moral con una fuerte suma de dinero en
efectivo para que éstas le entreguen su hacienda. Las hermanas se
niegan y él amenaza con hacerles la vida imposible. Dura, Rosaura lo
alienta para que lo haga, asegurando tener armas suficientes para
destruirlo.
Leandro
y Virginia deciden que se casarán. Al enterarse, Rosaura se presenta
ante los dos y asegura que Virginia está imposibilitada para casarse
por el negro pasado que guarda. Leandro no cree en ello y ante la
presencia de Candelaria y el Padre Trinidad, quienes defienden a
Virginia, confiesa estar seguro de que Rosaura tuvo que ver con la
muerte de Danilo pues en el pasado la escuchó mencionar que si el
hombre no era para ella tampoco lo sería para Virginia. Rosaura
niega ser la responsable y no hace más que culpar a Virginia sin
fundamentos. Maricarmen intercede, defiende a su tía y Rosaura la
abofetea vilmente. Esto hace que Candelaria enfurezca y acuse a la
mujer de haber golpeado a su propia hija, revelando el gran secreto,
mientras que Maricarmen siente un terrible dolor tras saber la verdad
y exige a todos que le digan si Rosaura es su madre. Rosaura lo
acepta, así como confiesa el odio y desprecio que siente hacia ella.
La muchacha se desahoga con el padre Trinidad y confiesa haber
preferido saber que su madre era Virginia. Trinidad da consuelo a la
muchacha, quien al verse con Sebastián habla de lo que ahora sabe.
Él le hace saber que es hijo de Humberto Serrano y Lucila. Los dos
se abrazan y se consuelan mutuamente.
Rosauria
y Virginia tienen una fuerte discusión en la que la verdad del pasado
sale a la luz. Rosaura
jura que así como no dejó que su hermana
fuera feliz con Danilo tampoco la dejará ser feliz con Leandro, por el
cuál ella
siente una ardiente pasión. Después Rosaura
llora llena de amargura en su soledad pues todo lo que ha amado le ha
dado la
espalda. Culpa a Virginia de todo y, jurando
que Leandro será para ella, decide que tomará represalias así tenga que
eliminar
a su propia hermana. Acude al capataz y de
rodillas le suplica que la haga suya. Lo besa, se le ofrece desnuda,
pero Leandro
la rechaza y le recuerda que él solo ama a
Virginia. Rosaura llora, no lo acepta, y le jura que jamás los dejará
estar juntos,
así como un día hizo con Danilo. Él la toma
en sus brazos, le exige que diga la verdad y confiese que ella asesinó
al hombre
por el que él pasó más de veinte años en la
cárcel. Rosaura, con odio y resentimiento, le jura que nunca se lo dirá,
para
que muera lleno de angustia e incertidumbre.
Leandro llora de frustración y Germán le aconseja que deje el Faisán y
se marche
lejos con la mujer que ama, olvidándose de
una venganza que jamás podrá cumplir pero Leandro cree que aunque no
pueda vengarse,
al menos debe descubrir quién es el
responsable de todas sus desgracias.
Jacinto
se revuelca con Rosaura, quien le pide que asesine a Virginia
y cuando ella se case con Leandro lo nombrará
capataz. El ambicioso Jacinto cree que es demasiado poco lo que Rosaura
le ofrece
por lo que le pide que se case con él y tras
ello, matará a su hermana.
Virginia
habla con Maricarmen y le pide que no se llene de amargura
por saber la verdad. La muchacha llora. No
acepta que Rosaura sea su madre y la odie. Virginia intenta disculpar a
su hermana
pero es imposible. Candelaria se entromete y
asegura que Rosaura es mala desde que nació.
Antonio
se somete a una operación que le
devolverá el movimiento en las piernas.
Fausto lo llena de esperanzas y ambos confían en que el muchacho lo
logrará. Al regresar
del extranjero tanto Lucila como Cereala les
dan la bienvenida y los apoyan , mientras poco a poco, con ayuda de
Sebastián
y Leandro, Lucila y Amelia alistan la re
apertura de la panaderia. Esto hace que la amargada Amelia se acerque a
Leandro,
quien en unmomento a solas la toma de las
manos y le asegura no sentir rencor hacia ella por las ofensas del
pasado hacia
él y su mamá, así como le jura que no mató a
su hijo y no descansará hasta encontrar al verdadero culpable. Más tarde
Leandro
decide hablar con Rosaura pero
accidentalmente la escucha entrevistarse con Dimitrio, a quien reclama
el haberla violado y
por esa violación haber tenido a Maricarmen,
su hija. Dimitrio se burla de ella y Leandro se sorprende al saber la
verdad.
Rosaura culpa a su antiguo amante de haber
matado a Danilo pero Dimitrio niega haberlo hecho y haber creído siempre
que fue
ella quien lo mató. Ambos se preguntan quién
pudo haberlo hecho si ellos dos no fueron. Leandro, quien lo ha
escuchado todo,
deduce que fue Emigdio y acude a amenazarlo
con un arma, jurándole que vengará la muerte de Danilo. Está a punto de
matarlo
y aparece el padre Trinidad, quien le dice
que si asesina al hombre habrá matado a su padre. Leandro se sorprende
ante tal
verdad y Emigdio acepta haber sabido siempre
que él era u hijo y haberlo despreciado porque solo deshonró a una
sirvienta.
Leandro golpea a Emigdio y lo desconoce como
padre. El hombre asegura que él no mató a Danilo, aunque si lo amenazó.
Leandro
se desahoga con Lucila, su amiga. Ella le
dice que corrió con la misma suerte de Rosario pues tuvo un hijo de
Dimitrio: Sebastián.
Leandro busca al muchacho y lo abraza, pues
son familia y han corrido con la misma suerte. Le pide que estén más
unidos que
nunca y le jura que él no hizo nada contra
Ángela, si no que le tendieron una trampa. Sebastián lo abraza. Ambos
deciden que
lucharán juntos y se alegran de saber que
tienen familia.
Amelia
llora arrepentida en la iglesia y pide perdón a Dios
por haber dudado siempre de su marido y de
Rosario. Al hablar con el padre Trinidad, éste le asegura que si en
verdad desea
pedir perdón a Dios y escuchar la voz de
éste, entonces de corazón pida perdón a Leandro. La mujer lo piensa y
cuando se decide
se topa con Jacinto, quien se burla de ella y
le dice que, aunque perdió a Ángela, todavía tiene una nieta. Amelia se
horroriza
al enterarse que Maricarmen es hija de Danilo
y Rosaura, a la que acude para que le diga si eso es cierto. Rosaura le
dice
que sí y más tarde abofetea a Jacinto por
abrir la boca. Amelia sufre y no acepta que durante años haya aborrecido
la sangre
de su difunto hijo. Acude a trinidad para
desahogarse y éste le asegura que tanto Jacinto como Rosaura la han
engañado, tal
como una vez lo hicieron al sembrarle la idea
de que Rosario fue amante de Isidro o que Leandro asesinó a Danilo. La
mujer,
arrepentida por los maltratos a Maricarmen y
Leandro y furiosa por las mentiras de Rosaura, jura que pondrá en su
lugar a
la mujer.
Jacinto
se alista para asesinar a Leandro pues cree
que mientras no se deshaga de él la malvada Rosaura nunca le
corresponderá. Lo
acecha y le apunta a sus espaldas con un
rifle. Amelia, quien ha ido en busca del capataz, se percata de lo que
sucede y se
interpone recibiendo ella el impacto.
Moribunda, pide perdón a Leandro, quien se lo concede y llorando le
ruega que no se
muera. Debido a su estado, Amelia ve en el
rostro del hombre a su hijo Danilo, lo llama así y lo abraza,
aferrándose a él,
mientras que Jacinto huye y cuenta a Rosaura
lo que sucedió. Ella le da dinero para que escape y se esconda no sin
antes acusarlo
de ser un estúpido. Leandro por su parte
carga a Amelia en sus brazos y la lleva al hospital, donde Fausto la
opera de inmediato.
Los
Preciado se alarman al saber lo que sucedió. Temen por la vida de
Amelia y Leandro, por su parte, denuncia a Jacinto, el cuál es
perseguido y detenido por la policía. El hombre confiesa ser
responsable y haber recibido órdenes de Rosaura para matar a
Virginia. También confiesa haber producido el incendio de la
panadería de los Preciado, haber matado a Gaudencio y haber ayudado
a alguien muy poderoso a deshacerse de algunos cristianos a cambio de
dinero. Ante él se presenta Dimitrio, quien le pide que no diga nada
en contra suya o de Emigdio pero Jacinto amenaza con decir todo lo
que sabe si no lo sacan de la cárcel. Dimitrio discute tal situación
con su padre, quien paga una fuerte suma para que Jacinto sea
liberado pero la petición es rechazada ya que Amelia se debate entre
la vida y la muerte.
Virginia
reclama a Rosaura el haber ordenado que la mataran. Las hermanas
pelean nuevamente y Virginia toma la decisión de abandonar El Faisán
y vivir en la que fuera casa de Margarita, junto a Candelaria y
Maricarmen.
Dimitrio
se las arregla para que jacinto escape de la cárcel. Decide llevarlo
a su casa donde junto con Emigdio logra ponerlo a salvo. Ambos le
ordenan deshacerse de Rosaura Del Moral. Es entonces que Jacinto se
las ingenia para espiar a la mujer y descubrirla bañándose. Él se
desnuda, se mete en la regadera y la abraza. Ella cree que se trata
de Leandro y, feliz, se deja acariciar y besar. Se horroriza al darse
cuenta que se trata de Jacinto, quien la hace suya por la fuerza y le
dice que es solo una advertencia de Emigdio Serrano para que le venda
su hacienda. Intenta asfixiarla pero ella se las ingenia y escapa
gritando por ayuda, mientras Jacinto escapa. Rosaura llora
amargamente y jura que Emigdio y Dimitrio se las pagarán.
Casandra
discute con Yamila pues no acepta que ésta tenga una relación con
Germán. La muchacha, harta de las imposiciones de su madre, la
delata ante Emigdio y la acusa de ser la amante de Dimitrio. Emigdio
exige a su mujer que le diga si es verdad lo que su hija dice y
Casandra lo niega. Germán intercede y asegura que el mismo Luis
Felipe vio a Dimitrio y Casandra haciendo el amor. A solas, Emigdio
abofetea a su mujer, intenta ahorcarla con sus propias manos y se
arrepiente. Ella le suplica perdón y él solo le exige que tome sus
cosas y se largue junto con Humberto, su hijo bastardo, a quien
Jacinto le pide que lo ayude. Ambos deciden irse lejos pero no sin
antes raptar a Maricarmen, a quien Rosaura se acerca y le hace creer
que está arrepentida y la quiere recuperar con una sarta de mentiras
que utiliza para convencerla y así vengarse, pues al convencerla,
decide hacerle una fiesta y la presenta ante todo el pueblo como hija
suya y de Dimitrio Serrano, el hombre que la deshonró. En la misma
fiesta aparece Lucila, quien asegura que ella es la madre de
Sebastián, el cuál también es hijo de Dimitrio, por lo que
Sebastián y Maricarmen ¡Son Hermanos! Emigdio jura a Rosaura que se
las pagará por poner a su familia en evidencia sin sospechar que la
malvada mujer ha dado a Yamila una bebida con el mismo veneno con el
que mató a Ramiro por lo que la muchacha comienza a sentirse mal y
es llevada por Emigdio a un hospital, donde intentan salvarla pero es
imposible y muere de un infarto. Destruído, Emigdio regresa a casa y
sorprende a Humberto y Casandra fornicando. Discute con ambos y
Casandra se revela asegurando que se casó con él solo por su dinero
pues siempre le dio asco, mientras que Humberto intenta contentarse
con su padre, quien les dice a ambos que Yamila ha muerto. El
matrimonio discute y Emigdio jura a Casandra que jamás la dejará
gozar de su fortuna. Le dispara, arrancándole la vida. Emigdio se
encierra en su despacho y se suicida. Esto llena de gran dolor a
Dimitrio, quien se culpa por lo sucedido a su familia.
Virginia
acusa a Rosaura de ser la responsable de tantas desgracias pues a
pesar de lo que ha sufrido no deja de hacer daño. Rosaura grita
cuanto la odia al igual que a Maricarmen pues amabas le destruyron la
vida.
Maricarmen
es raptada por Humberto y Jacinto. Candelaria se percata de todo y
acude a leandro, quien junto con Germán, Luis Felipe y Sebastián,
busca a la muchacha por toda la región sin poder encontrarla.
Amelia
sale del hospital sana y salva y se reúne con su familia. Virginia
la sorprende en su propia cas ay la mujer le pide perdón por haberla
acusado durante tantos años a sabiendas de que ella solo amó a su
hijo. Ambas se dan un fuerte abrazo y rezan junto al padre Trinidad
para que Maricarmen aparezca sana y salva.
Maricarmen
suplica a Humberto que la deje libre pero él
asegura no poder dejar
de amarla y desear con todas sus fuerzas
hacerla suya. Está a punto
de violarla pero Jacinto reacciona y decide
matar al muchacho frente
a la muchacha, disparándole no sin antes
pedirle perdón y revelar estar harto de tantos crímenes. En venganza,
Humberto también
dispara a Jacinto para después morir,
mientras el peón se resiste y
se aferra a la vida. Son encontrados por
Leandro, a quien Jacinto
deja claro que ni Emigdio ni Dimitrio
tuvieron que ver en el
asesinato de Danilo Preciado, mientras que
Maricarmen se consuela en
los brazos de Luis Felipe.
Rosaura
lamenta que Maricarmen haya aparecido. Habla con Virginia, quien le
exige que le entregue lo que le pertenece de la herencia de sus
padres pero Rosaura se niega a darle un solo peso y jura que antes de
darle algo y dejarla ser feliz con Leandro, la matará.
Jacinto
es encarcelado y declara los crímenes cometidos por Emigdio y sus
secuaces por lo que él y Dimitrio son enviados a prisión, a donde
Rosaura visita al hombre que la deshonró para desearle que viva el
mismo infierno que ella vivió encerrada en su hacienda. Al hombre
también lo visita Maricarmen, a quien revela no quererla y
considerarla poca cosa como para que sea su hija. Maricarmen llora y
le asegura al hombre que, a pesar de todo, siempre lo tendrá
presente en sus oraciones, así como a Rosaura, a quien Leandro busca
para exigirle que entregue a Virginia lo que le pertenece. La mujer
le reclama el haberla despreciado tal y como hizo Danilo alguna vez y
revela los crímenes que fue capaz de cometer solo por un poco de
amor. La mujer es acusada de haber asesinado a Danilo y ésta jura
que ella no lo mató y que si no fueron ni Dimitrio ni Emigdio
entonces debieron haberlo confundido con alguien más. Leandro piensa
entonces en situaciones que ocurrieron en el pasado y en los deseos
de venganza de Lucila por el engaño de Dimitrio. Acude a la mujer y
le pide que le diga si mató a su primo Danilo para inculpar al
hombre que la deshonró. Lucila llora y revela que mientras caminaba
por las calles oscuras, aquella noche, vio a Danilo de espaldas y
cerca de la casa de los Serrano por lo que pensó que se trataba de
Dimitrio, por lo que tomó una piedra y lo golpeó hasta matarlo. Al
reconocerlo, aterrada huyó de La providencia, aprovechándose de que
Amelia la había echado de su casa. Llora amargamente y pide perdón
pero Leandro no puede perdonarle el que por su culpa lo hayan acusado
y condenado injustamente. Lucila está dispuesta a decir la verdad,
le pide que la denuncie, pero Leandro se niega por piedad a Santiago,
pues una vez el muchacho lo creyó responsable de quitarle a su padre
y ahora no desea ser el responsable de separarlo de su madre. Lucila
a pesar de todo revela la verdad a Amelia, quien la abofetea y llora
amargamente creyendo que si los Serrano no hubieran hecho tanto daño
entonces no hubieran ocurrido tantas desgracias.
Sola
en casa, Rosaura comienza a escuchar voces.
Se lleva un susto de
horror cuando ante ella se aparece el
espíritu de Adelfa, acechándola siniestramente para advertirle que en
el infierno
le tienen un lugar reservado.
Desde ese momento, ante apariciones de todos
los muertos por su
culpa, Rosaura comienza a perder la razón y
se aferra a la imagen de
Danilo, asegurando que todo lo hizo por él.
Cereala
aconseja a Fausto que se lleve lejos a Lucila pero la mujer no desea
huir más de la realidad ni alejarse de su hijo pues Antonio recupera
el movimiento poco a poco y ha comenzado a ver la vida de otra
manera. La mujer cuenta al doctor que ella fue la responsable de la
muerte de Danilo, su primo. Éste la abraza y le pide que deje el
pasado atrás.
Dimitrio
manda a llamar a Leandro y le pide que se haga cargo de los negocios
familiares pues solo se tienen el uno al otro. Leandro asegura no
querer absolutamente nada de lo que haya pertenecido al hombre que le
dio la vida y le hiciera tanto daño a su madre. Entonces Dimitrio le
pide que con una cuenta de dinero regrese a los Altamirano lo que les
pertenece. Y así se hace: Los Altamirano recuperan todo lo que
Emigdio una vez les arrebató.
Rosaura
se confiesa con el padre Trinidad, quien se alarma al saber los
crímenes que la mujer cometió por venganza. Le exige que se
entregue a la justicia pero Rosaura jura que nadie sabrá nunca lo
que realmente sucedió a Ramiro y Yamila.
Luis
Felipe pide a Maricarmen que se case con él y ella acepta,
destruyendo el corazón de Antonio. Noelia se niega a aceptar a la
muchacha pero ante la petición de su hijo termina por hacerlo y los
muchachos comienzan los preparativos.
Rosaura
cita a Virginia y le asegura que jamás la dejará ser feliz con
Leandro ni con ningún otro hombre. La encierra bajo llave mientras
que Candelaria acude a pedir ayuda al padre Trinidad, quien intenta
hacer comprender a Rosaura que hace mal pero la mujer parece haber
enloquecido y asegura a Leandro que si no es para ella no es para
nadie. El hombre la rechaza pero Rosaura le ruega que la ame. Él
entonces le corresponde violentamente y está a punto de hacerle el
amor pero ella recuerda los sucesos con Dimitrio y Jacinto y llora
amargamente, pidiéndole que se detenga. Leandro se marcha y saca a
Virginia del lugar en el que fue encerrada mientras que Rosaura se
pone un vestido de novia y toma una fotografía de Danilo,
aferrándose a la imagen y llorando amargamente, culpando a todos de
su desdicha y, sobre todo, a Danilo, por no haberla amado y
condenarla a verlo en cada hombre.
Antonio
se entera que a pesar de haber reaccionado positivamente jamás
recuperará la movilidad en las piernas pero en vez de hundirse en la
tristeza se despide de La Providencia, principalmente de Maricarmen,
y tras despedirse de su padre emprende un viaje largo a Europa, donde
intentará operarse hasta poder volver a caminar.
Al
paso del tiempo Maricarmen visita a Rosaura para invitarla a su boda
y la mujer, amargada, ni siquiera le dirige la palabra. Maricarmen la
abraza, la llama “mamá” y Rosaura la empuja, diciéndole cuánto
la odia y la ha aborrecido desde que la supo en u vientre. Jura que
jamás la querrá y que, si la tuvo, fue porque ya era demasiado
tarde para producirse un aborto. Se ríe de ella y le pregunta qué
diría Noelia si supiera que su hijo se casará con la hija de la
mujer que le quitó la vida a su marido. Maricarmen sale huyendo,
llora y se desahoga con Virginia y Candelaria, quienes le aconsejan
que se olvide de que tiene madre y siga su vida. Les dice que Rosaura
mató a Ramiro y se alarman. Virginia acude a enfrentarse a su
hermana, quien le cuenta toda la verdad del pasado y como desde ese
momento fue arrastrada a la amargura por su culpa. Virginia niega ser
culpable de la amargura de su hermana, a quien culpa de haber querido
siempre lo que era para ella solo para demostrarse a sí misma que es
más fuerte. Rosaura llora y maldice a Virginia, quien se marcha del
Faisán despidiéndose para siempre mientras que Rosaura prende velas
por toda la casa y se pasea vestida de novia, teniendo visiones de
Danilo, al que ruega que no la deje pero los fantasmas de Ramiro,
Yamila y Adelfa la persiguen.
Tras
descubrir la verdad y encontrar el amor en Virginia, Leandro vive
liberado y feliz y pide a ésta que se case con él, pues aunque no
tiene nada trabajará para hacerla feliz y darle toda la felicidad
que le fue arrebatada. Virginia lo besa y acepta.
Luis
Felipe no puede creer que Rosaura haya matado a su padre. Maricarmen
se lo comunica a Noelia, quien llora y no sabe cómo reaccionar. Luis
Felipe le pide a su madre que no desprecie a su prometida, la cuál
solo ha sido una víctima. Noelia solo acude a Rosaura y la abofetea.
Rosaura en venganza le cuenta como su marido y ella fueron amantes
durante muchos años. Noelia llora y acepta que siempre vivió
equivocada. Pide perdón a Maricarmen por haberla rechazado durante
muchos años.
Dimitrio
se hunde en una terrible depresión dentro de la cárcel. Sabe que su
hija se casará y Jacinto le aconseja que pida un permiso para acudir
a la boda y trate así de recompensar un poco el daño que causó.
Rosaura
se entera del amor que hay entre Virginia y Leandro y que estos
entregarán a Maricarmen en el altar. Vestida de novia, acude a la
iglesia y grita a su hermana cuánto la odia y desea que sea infeliz.
Le apunta para dispararle pero Maricarmen se interpone. Rosaura
amenaza con matar a quien se interponga, causando conmoción entre la
gente. Maricarmen se niega a apartarse de su tía y entonces Rosaura
dispara y justo en ese momento Dimitrio se cruza, salvando la vida de
su hija al recibir él los impactos de bala. Muere confesando a
Rosaura que siempre la amó y jamás pudo olvidarla, así como pide
perdón a Maricarmen por su desprecio e indiferencia. Rosaura escapa,
se encierra en El Faisán y prende velas por toda la hacienda,
aterrada, exigiendo a los fantasmas que la persiguen que no la
atormenten. Accidentalmente se le incendia el vestido y en poco
tiempo se incendia todo el Faisán, consumiéndose ella en las
llamas, gritando cuanto odia a Virginia y suplicando a Leandro y
Danilo que la amen, gritando desgarradoramente mientras se escuchan
las diabólicas carcajadas de Adelfa, asombrando desde afuera a
Virginia y los presentes que acudieron a detenerla tras cometer su
última fechoría.
Virginia
no se repone ante tantas desgracias y Leandro
intenta consolarla y promete que desde ese momento no se apartará de
ella.
Virginia, decidida, le asegura que el amor
siempre les causó daño a
ella y a su hermana, por lo que ha decidido
darse un tiempo y pensar
lo que será su destino. Se aleja entre la
multitud y al llegar a
casa llora amargamente, consolada por
Candelaria.
Maricarmen
sufre por las muertes de sus padres. Sebastián le ofrece su amistad
eterna y se dan un fuerte abrazo. Él y Lucila sacan adelante la
panadería y abren un café al que toda la gente de la Providencia
acude.
Trinidad
consuela a Virginia y le pide que sea fuerte y no sienta culpas o
remordimientos ni por ello se castigue. La mujer asegura que quizás
su madre alguna vez tuvo razón y por negarse a su destino se
desataron tantas tragedias. Viste de luto desde ese momento y solo se
dedica a rezar fervientemente, pidiendo a Lisandro y Sebastián que,
cuando se haya reconstruido El Faisán, entre los dos saquen adelante
la hacienda. Lisandro promete que así será y sufre por la actitud
de la mujer.
Tiempo
después, en el cementerio, vestida de luto, Virginia deposita flores
sobre las tumbas de sus padres y hermana. Lamenta que su familia se
haya extinguido y vuelve al Faisán, donde Leandro le espera. El
hombre y el padre Trinidad, junto con Maricarmen y Candelaria, le
piden que deje el luto que ha portado durante más de tres años.
Ella, dura y fría, toma el asiento que una vez fuera de su madre y
asegura que el luto nunca se terminará y que vivirá sola, sin
casarse, tal como su madre una vez le dijo que sería su destino.
Todos se marchan y Virginia queda sola en su hacienda, entre
penumbras, rezando fervientemente aferrada a la medalla que cuelga en
su cuello, dentro de la cual, al abrirse, van postradas las imágenes
de Danilo y Leandro, sus dos grandes amores.
Fin
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ARDIENTE PASIÓN DR. 2014
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(R)
2013 (P) 2014